MOMENTOS DE MEDITACION.
(Compartida por Pr Oscar Meléndez).
Saliendo de lo común, cosas que nos desagradan cuando miramos los crímenes en internet, los hechos criminales nos intranquilizan, y si miramos a nuestro derredor perece que no hay ninguna solución para esto aquí en esta tierra.
El rey David decía: Yo me acosté y me dormí y desperté, porque Jehová me sustentaba. Salmos 3:5.
¡Qué hermoso es reconocer que Dios nos brinda el sueño para reparar el cansancio, reparar el sistema nervioso y el sistema óptico!
¿Acaso no somos nosotros los que gozamos de tantas misericordias para hacer de ellas una buena noche?. Misericordias concedidas a nosotros, y que para otros son negadas, muchos no tienen ni donde dormir, y hasta las zorras tienen sus guaridas y las aves del cielo sus nidos, pero El Hijo Del Hombre no tenía dónde recostar su cabeza. Nosotros en cambio tenemos casas donde vivir con habitaciones propias para el descanso y muchas otras comodidades.
Tampoco hemos sido sometidos a deambular por el desierto y obligados a vivir en cuevas como algunos de los mejores santos de Dios lo fueron. Nosotros nos acostamos tranquilos sin ser alarmados por la espada o el fusil, tampoco somos perseguidos. Muchos se acuestan y no pueden dormir, nosotros en cambio, nos acostamos y dormimos. Yo me acosté y me dormí, y desperté porque Jehová me sustenta.
Que Dios le bendiga.
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(Compartida por Pr Oscar Meléndez).
Saliendo de lo común, cosas que nos desagradan cuando miramos los crímenes en internet, los hechos criminales nos intranquilizan, y si miramos a nuestro derredor perece que no hay ninguna solución para esto aquí en esta tierra.
El rey David decía: Yo me acosté y me dormí y desperté, porque Jehová me sustentaba. Salmos 3:5.
¡Qué hermoso es reconocer que Dios nos brinda el sueño para reparar el cansancio, reparar el sistema nervioso y el sistema óptico!
¿Acaso no somos nosotros los que gozamos de tantas misericordias para hacer de ellas una buena noche?. Misericordias concedidas a nosotros, y que para otros son negadas, muchos no tienen ni donde dormir, y hasta las zorras tienen sus guaridas y las aves del cielo sus nidos, pero El Hijo Del Hombre no tenía dónde recostar su cabeza. Nosotros en cambio tenemos casas donde vivir con habitaciones propias para el descanso y muchas otras comodidades.
Tampoco hemos sido sometidos a deambular por el desierto y obligados a vivir en cuevas como algunos de los mejores santos de Dios lo fueron. Nosotros nos acostamos tranquilos sin ser alarmados por la espada o el fusil, tampoco somos perseguidos. Muchos se acuestan y no pueden dormir, nosotros en cambio, nos acostamos y dormimos. Yo me acosté y me dormí, y desperté porque Jehová me sustenta.
Que Dios le bendiga.
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