En agosto de 2008 publiqué en mi sitio web un breve artículo, "¿Es bíblico tener apóstoles hoy?". Ese artículo tenía casi 200 comentarios cuando se perdió por problemas técnicos; volví a colocar el mismo artículo el 14 de julio de 2009, donde ha recibido 24 comentarios. Otros artículos relacionados (teología de la prosperidad, maldiciones, falsos profetas, Pedro Wagner) han recibido también una gran cantidad de respuestas, positivas y negativas. Ahora me parece necesario y valioso resumir un debate tan amplio con unas reflexiones finales.
(1) Quedó claro, lamentablemente, que un amplio sector de la iglesia protestante (mayormente la costarricense) está fanatizada e intolerante, mucho más de lo que anticipaba. Aunque mi artículo, desde su título, planteaba una pregunta bíblica, la mayor parte de las respuestas tenía poco o nada que ver con los textos bíblicos pertinentes. Los neo-apostólicos rechazaban a priori toda opinión contraria, sin considerar la posibilidad de otras y mejores interpretaciones exegéticas. Algunos, con igual dosis de soberbia que de oscurantismo, rechazaban vehemente la validez de la hermenéutica y la exégesis, y mucho más alguna referencia a las lenguas originales de los textos. Con tal subjetivismo y tal arbitrariedad, es totalmente imposible una interpretación fiel de las escrituras, ni hablar de un diálogo coherente entre diferentes maneras de interpretar los textos. En mi opinión este rechazo, hasta con burla, de toda posibilidad de exégesis analítica, es un peligro para la iglesia más serio y sutil que los escándalos de fornicación o de robo de fondos. Hace imposible la fidelidad bíblica de la iglesia del Señor.
(2) Los participantes neo-apostólicos en el diálogo evadían sistemáticamente el argumento básico a partir de Hechos 1, confirmado por 1 Cor 15. Discutían detalles que no les parecían, y repetían argumentos de sus textos escogidos (aparentemente sin haber leído bien mi artículo), pero sólo uno de ellos, al puro final, intentó refutar el argumento del requisito de ser testigo presencial del ministerio y la resurrección de Cristo (Hch 1:21-22).
(3) Algunos, reconociendo que no hay base bíblica para tener apóstoles hoy, afirmaban que se necesitaba una palabra profética para confirmar la existencia de apóstoles hoy. De eso hablé brevemente en "una falsa antítesis: el Espíritu contra el estudio" (9.23.09). El don profético sí es para hoy, pero Pablo manda que todos juzguen las profecías (1 Tes 5:21; 1 Cor 14:29). Además, si es anti-bíblico tener "apóstoles" hoy, ninguna profecía puede contradecir la Palabra de Dios ya dada. Sería una profecía falsa.
(4) Otros respondieron que en griego la palabra "apóstolos" significaba "enviado, misionero", y que en ese sentido es legítimo hoy hablar de apóstoles. Claro, en ese sentido todos somos "apóstoles", pero ese no es el sentido que le da al título los mismos "apóstoles" de hoy. Este argumento es una falacia lingüística. Una palabra casi nunca es un solo punto de significado; las palabras son "zonas" de significado, denotativa y connotativa, diferentes en cada idioma. Aunque en el griego la "zona semántica" de "apóstolos" abarca mensajero (mandadero), misionero y apóstol, en español la "zona" de la palabra "apóstol" no incluye ni mensajero ni misionero, como bien reconocen los mismos "apóstoles". Sin embargo, el significado de "apóstol" puede variar de una cultura a otra, por ejemplo en África o en Cuba, donde todos saben que "el Apóstol" es José Martí pero muchos ni han oído de San Mateo.
Si eso parece complicado, una ilustración puede ayudar. En castellano, la palabra "casco" puede significar "uña de pié de un animal" o "artefacto para proteger la cabeza". Esos dos significados, junto con muchos otros, constituyen la "zona semántica" del término en español, pero en inglés son dos palabras totalmente distintas ("hoof" y "helmet"), cada cual con su propio campo semántico. Si ignoro esa diferencia, podría terminar diciendo "Puse mi hoof (uña de pie) sobre mi cabeza y arranqué mi motocicleta". En castellano, aparte de posibles excepciones como Cuba, "apóstol" significa "autoridad eclesiástica superior" y no "mensajero".
(5) Algunos participantes se aferraban al argumento neo-apostólico de Efes 4:11, sin examinar cuidadosamente la interpretación del texto. No cabe duda que ese texto es el más importante en este debate. Alguien comentó que sin todos los cinco ministerios tendríamos una mano de sólo cuatro dedos. Javier Trejo envió el siguiente comentario:
Respeto su punto de vista, sin embargo, los cinco ministerios fueron dados a la Iglesia permanentemente y no sólo de manera temporal pues en todo caso en acuerdo a su comentario sobre Efesios en la actualidad no debiera de existir uno solo de los ministerios, o todos desaparecieron por causa de temporalidad o todos permanecen intactos hasta el día de hoy. El negarse a reconocer el apostolado en nuestros tiempos conlleva desconocer a los demás ministerios. Se debe pues llegar a una determinación o existen todos o no existe ninguno.
De hecho, este hermano no da realmente un argumento sino un a priori, o sea, un prejuicio. Creo que demostré en mi artículo que ese presupuesto es erróneo. El texto no da base para que haya apóstoles hoy, ni que todos estos dones deben tener la misma duración. No me explico por qué algunas personas no logran entender eso. Me permito agregar varios comentarios sobre este texto crucial:
(a) Es saludable señalar de nuevo que este versículo no enumera cinco ministerios sino sólo cuatro, porque pastor-maestro es un solo término compuesto. Eso está claro tanto en Reina Valera como en Nueva Versión Internacional, que siguen fielmente al griego. Cada don se separa por la frase "a otros" y por la puntuación (punto y coma). Así están marcados como dones distintos apóstoles, profetas y evangelistas, pero no "pastores" y "maestros". Son un solo don.
(b) San Pablo no está dando aquí un modelo para la organización de la iglesia, bajo esos supuestos cinco ministerios. De hecho, las iglesias que fundó Pablo no tenían una sola estructura, pero la estructura básica era de diáconos, presbíteros y obispos (epíscopoi). De hecho, el texto no pretende ser una lista de ministerios ni un modelo de organización eclesiástica sino simple unos ejemplos del "botín" que el Cristo vencedor compartió con su iglesia al volver a su Padre. (Ver el artículo original para más detalles).
(c) Aun cuando los cuatro dones se regalaron en el mismo acto, al ascender Cristo al cielo, nada indica que todos son iguales. Aunque tienen el mismo origen, no todos tienen la misma naturaleza y duración. Otros textos, que sí definen la duración de uno y otro, señalan que los profetas, evangelistas y pastores-maestros son para hoy, pero los textos definitivos del N.T. muestran claramente que no puede haber nuevos "apóstoles" hoy.
El evangelio es una historia, y sólo se puede conocer por testigos presenciales. El ministerio de los apóstoles originales sigue hoy, pero sigue como los testigos originales que fueron, no como sucesores que no pueden atestiguar los hechos históricos. Ser apostólico hoy significa "permanecer en la doctrina de los apóstoles", fieles a la Palabra viva que Dios dio por medio de ellos.
(6) El que más ha participado en este debate ha sido "Pablo Siervo de Jesucristo" (con otros títulos parecidos; entiendo que es el periodista Pablo Chávez, hijo de Rony Chávez). A finales del debate entregó un largo comentario que merece más análisis:
A quien profesa ser profesor et al:
No es tan complicada "la cosa". Solo hay que hacer referencia a la Biblia misma para comprobar si son o no "apóstoles", esto es, si se profesa creer que la Biblia es la Palabra de Dios.
La Biblia Comprueba: (1) Fueron llamados sobrenaturalmente por el Espíritu Santo (Hechos 13). Hay que notar que no se están autonombrando ellos mismos, ni mucho menos le está confiriendo la congregación u otro Fulanito el ministerio Apostolar al susodicho.
La Biblia Exige: (2) Haber visto al Señor resucitado a lo Pablo en el camino a Damasco o alguna experiencia viva similar ¿No soy libre? ¿No soy apóstol? ¿No he visto a Jesús nuestro Señor? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor? (1 Corintios 9:1)
La Biblia Demanda: (3) Tener “Señales del apóstol” sobrenaturales también. “Entre vosotros se operaron las señales de un verdadero apóstol, con toda perseverancia, por medio de señales, prodigios, y milagros (2 Corintios 12:12).
La Biblia Requiere: (4) Tener la “corona” apostolar – gran número de Iglesias como fruto de su trayectoria ministerial. “Así que, hermanos míos, amados y añorados, gozo y corona mía, estad así firmes en el Señor, amados” (Filipenses 4:1); tambien “¿No soy apóstol? ¿No he visto a Jesús nuestro Señor? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor?” (1 Corintios 9:1).
La Biblia Pide: (5) Evidencia de la revelación de la Palabra Apostólica. “Después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: –Hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo Dios escogió que los gentiles oyeran por mi boca la palabra del evangelio y creyeran.” (Hechos 15:7). “Pero hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta que Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, …” (I Corintios 2:4-7).
Esta es una Extrapolación Bíblica sin introducir conceptos humanos, inferencias teológicas, tendencias doctrinales etc... en otras palabras...no es lo que piense Juan Stam, Pedro Wagner, Pancho Villa ni sus jinetes de a caballo...es lo que la Biblia misma expone.
Esta larga intervención de Pablo Chávez me parece muy interesante, desde muchos puntos de vista (método, actitud, exégesis, criterios). Prefiero dejar mucho a los lectores para su propia evaluación y sólo comentar varios puntos substanciales. El comentario tiene muchos puntos válidos, otros menos, pero ninguno que prueba que pudiera haber "apóstoles" hoy:
(1) Totalmente de acuerdo. Por eso Pablo insistía que no fue a Jerusalén sino muchos años después de comenzar su misión, y en Hechos se escogió a Matías por echar suerte. Pero creo que todos los ministerios son por llamado del Espíritu Santo. Recuerdo la experiencia tan profunda cuando el Señor me llamó a ser misionero en América Latina y a ser maestro de la Palabra.
(2) No entiendo la frase "a lo Pablo". En 1 Cor 15 Pablo afirma haber visto al Resucitado "a lo Cephas", los doce, los 500, Jacobo, todos los apóstoles, "y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí".
Es impresionante la repetición del verbo "apareció" (el mismo verbo cada vez en el griego también). Pablo obviamente se inserta a sí mismo en la serie de los que vieron a Jesús durante los 40 días. Cuando Pablo habla de su visión mística del Señor, en 2 Cor 12, emplea otras palabras. Una visión mística de Cristo puede ser una gran bendición, pero no califica a nadie para ser apóstol. Para eso tiene que haber sido testigo presencial, del primer siglo.
Pablo reconoce que su apostolado es excepcional (uso muy especial del adjetivo "abortivo") pero que él tiene que incluirse en la lista de testigos históricos (1 Cor 15:1) para defender su apostolado. Reconoce que él es el último (pueden consultar de nuevo mi artículo original). No puede haber otros después. De hecho, al morir los apóstoles, ni uno sólo tuvo sucesor ni se habla por ningún lado de nuevos apóstoles.
(3) Precisamente por el carácter muy excepcional de su apostolado, Pablo da estas otras evidencias: los milagros que ha realizado y las congregaciones que ha establecido (como misionero). Estos son argumentos de Pablo pero no son requisitos, ni califican a nadie para ser apóstol. De los mismos doce, no sabemos cuántos milagros hicieron o cuántas congregaciones fundaron. Tampoco sabemos eso de "los demás apóstoles" pero sí sabemos que "Cristo les apareció" y que todos eran testigos presenciales (1 Cor 15).
(No sé de qué traducción será la frase "las señales de un verdadero apóstol" pero no corresponde a Reina Valera y es una traducción errada. El texto sólo dice "señales de apóstol" y no que sean requisito ni prueba).
(4) Me parece que convertir un simple saludo, a modo de cumplido cariñoso ("gozo y corona mía"), en una doctrina, y peor, en un requisito del apostolado, es demasiado novedoso y poético. Nada en toda la Biblia indica que el fundar muchas iglesias califica a nadie para ser apóstol. Otros, como Testigos de Jehová, Mormones o Iglesia Universal del Reino de Dios, han hecho lo mismo o mucho más, pero no son apóstoles sino apóstatas.
(5) Realmente estos textos no tienen que ver con el apostolado.
En su último párrafo, Pablo Chávez confunde, en mi concepto muy ingenuamente, su propia interpretación de las escrituras (humana y falible) con el verdadero sentido de ellas. Cree que él sí interpreta correctamente la Palabra, y están errados los que no están de acuerdo con él. Pero todas las sectas falsas creen lo mismo; ellos también se creen dueños de la verdad y de la interpretación correcta, con la misma arrogancia exegética. Al contrario, para discernir el sentido fiel de la Palabra es indispensable "escudriñar las escrituras, para ver si estas cosas son así" (Hech 17:11). Ese trabajo de estudio serio del texto, según métodos acertados de interpretación, se llama hermenéutica y exégesis, aun sin tener que conocer esos términos técnicos. Creo también que requiere bastante humildad, dispuesto a aprender de otros.
Aquí surge una pregunta muy seria: ¿En qué momento un movimiento que se cierra obstinadamente a las evidencias bíblicas, y que juega con las escrituras a su antojo, viene a ser herético? Sus desviaciones podrían verse como simples errores de doctrina, pero la herejía consiste en aferrarse a sus errores en vez de sujetar todo al riguroso examen bíblico. Cuando esa obstinación anti-bíblica se junta con ambiciones de poder y riqueza, de vanidad y de culto a la personalidad, de éxito y fama, ¿qué más le falta para ser herejía?