EL BUEN PASTOR.

Por Ernesto Pinto.

Uno de los motivos, por los que Ezequiel se preocupaba por el sacerdocio y su función, era el conocimiento, de que los sacerdotes no habían cumplido con sus deberes para guiar al pueblo en la senda de la rectitud. Esta acusación había sido levantada contra ellos antes, y fue una de las razones por las que el pueblo de Israel se había desviado. No solo no las guiaban correctamente pero sacaban solo provecho de ellas para su propio beneficio. No las amaban! Y este es el reclamo de Dios en contra de ellos.

Ezequiel 34 "Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová, el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿Acaso los pastores no apacientan a los rebaños? Os alimentáis con la leche de las ovejas, os vestís con su lana y degolláis a la engordada, pero no las apacentáis. No fortalecisteis a las débiles ni curasteis a la enferma; no vendasteis la perniquebrada ni volvisteis al redil a la descarriada ni buscasteis a la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia. Andan errantes por falta de pastor y son presa de todas las fieras del campo. ¡Se han dispersado! Han andado perdidas mis ovejas por todos los montes y en todo collado alto. Por toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas y no hubo quien las buscara ni quien preguntara por ellas".


Líderes ¿?... ¿Buscan responsabilidad ó enseñorearse?

Un dirigente piadoso es aquel que busca la responsabilidad. Un dirigente inicuo es aquel que busca solo enseñorearse.

"No piensen que son señores sobre la herencia de Dios, pero sean ejemplos al rebaño" (1 P 5:2,3) Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente, no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto" (1 P 5:2)

¿Alimentan o despojan a su rebaño?

Un buen dirigente se preocupa de ALIMENTAR al rebaño. Un mal dirigente se interesa en DESPOJAR al rebaño.

"Edificáis a Sión con sangre, y a Jerusalén con injusticia. Sus jefes juzgan por cohecho, y sus sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por dinero" (Mi 3:10, 11).

"…os daré pastores según mi corazón, que os apacienten (alimenten y dirijan) con ciencia y con inteligencia" (Jer 3:15

¿Reúnen o dispersan el rebaño?

El asalariado las dispersa y no las cuida.

"Vosotros dispersasteis mis ovejas y las esparcisteis, y no las habéis cuidado. He aquí que yo castigo la maldad de vuestras obras, dice Jehová" (Jer 23:1,2)."

He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro. Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo LLEVARÁ los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará SUAVEMENTE a las recién paridas" (Is 40:10,11).

David, el gran pastor de Israel dijo: "Tu suavidad me ha engrandecido" (Sal 18:35). La suavidad y la mansedumbre no son debilidad.

La suavidad es la capacidad para identificarse y simpatizar con los que son débiles, con los necesitados, a fin de animarlos, levantarlos, ayudarlos a fortalecerse.

Se dijo de nuestro Señor Jesús: "No quebrará la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare…" (Is 42:3). ¿Por qué? Era un pastor apacible. Si veía a alguna oveja herida, la sanaba y trataba con ternura. Si veía a alguien que luchaba para hacer que un ministerio funcionara, se le acercaba y abanicaba el pábilo que humeaba (que tipifica el esfuerzo sincero) hasta que empezaba a arder brillante y claramente en verdad y pureza. Jesús obra con nuestros débiles esfuerzos en el ministerio para llevarlos a la plena madurez.

Hay muchos hombres sinceros que luchan para dar expresión a sus dones. Son como un pábilo que humea. Los dirigentes no deberían extinguirlos, mas abanicarlos hasta que se conviertan en llamas ardientes. Eso es lo que significa dirección dulce o amable. Esa es la clase de pastor que apacentará al rebaño.

El buen líder sabe que las ovejas le pertenecen a Dios.

Un buen dirigente reconoce el derecho de Dios sobre las ovejas.

Un mal dirigente reclama el rebaño para sí mismo.

"Pueblo suyo somos y ovejas de SU prado" (Sal 100:3). Dice además: "El Señor es MI pastor..." (Sal 23:1).

Pablo nos recuerda lo siguiente: "Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios" (1 Co 6:20).

Él ha puesto Su marca de posesión sobre nosotros y nos reclama como Suyos.

Pero ahora, Ezequiel declara que Jehová Mismo cuidaría de lo Suyo. La imagen del pastor y su rebaño, radiante del Amor, que Jehová tiene por Su pueblo, presenta uno de los más bellos y significativos pasajes de la Biblia, y tiene el significado más profundo para la Iglesia del Nuevo Nacimiento, con el Mesías, mencionado aquí como el Servidor del Señor, buscando amorosamente, y alimentando con la vida eterna, las ovejas del rebaño del Padre: Porque así ha dicho el Señor Jehová: He aquí, yo, yo requeriré mis ovejas, y las reconoceré. Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad. Y yo las sacaré de los pueblos, y las juntaré de las tierras, y las meteré en su tierra, y las apacentaré en los montes de Israel por las riberas, y en todas las habitaciones del país. En buenos pastos las apacentaré, y en los altos montes de Israel será su majada. Allí dormirán en buena majada, y en pastos gruesos serán apacentadas sobre los montes de Israel. Yo apacentaré mis ovejas, y yo les haré tener majada, dice el Señor Jehová. Yo buscaré la perdida, y tornaré la amontada, y ligaré la perniquebrada, y corroboraré la enferma .Y despertaré sobre ellas un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David: él las apacentará, y él les será por pastor. Yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos. Yo Jehová he hablado. (Ezequiel 34:11–24)

Un rasgo característico del buen pastor es que vive íntegramente para sus ovejas. Esto, se ve claramente cuando, llegado el momento del peligro, en que un lobo hace su aparición, poniendo a prueba la entrega del pastor, este permanece al cuidado del rebaño. Mientras el asalariado: “Cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye…porque a un asalariado no le importan las ovejas”, pero el buen pastor da su vida por ellas. Por esta razón, el pastor tiene todo el derecho de atribuirse el título de ‘bueno’. El buen pastor esta dispuesto a dar de su vida por sus ovejas.

La verdadera oveja conoce al Buen Pastor.

El buen pastor es el que "conoce", o sea, "ama" a cada una de sus ovejas; las atiende, las alimenta, las protege, las cura, las venda, las guia con cuidado, les habla cariñosamente y les pone nombre a cada una: “Yo soy el buen pastor –afirma Jesús- porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí”. En este texto, lo que se evidencia con claridad es también la ‘reciprocidad’ existente entre pastor y ovejas. Exactamente como aquella que tipifica la relación entre el Padre y el Hijo: “Como el Padre me conoce a mí –afirma Jesús- y yo conozco al Padre”.

Bendiciones,
Ernesto Pinto
www.encuentro.ca
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