¿ERES CREYENTE PERO AÚN NO TE HAS BAUTIZADO EN AGUA?

¿Has decidido bautizarte en agua?, si tu respuesta es SÍ, te felicitamos por tu decisión de bautizarse en agua. Al hacerlo estarás obedeciendo una de las ordenanzas más importantes de la Biblia. Pero, es necesario aclararte que tu bautismo no tendría ningún valor si no tienes una completa seguridad de lo que haces, como también frutos dignos de arrepentimiento. A continuación encontrarás la explicación sobre el bautismo.

¿QUÉ ES EL BAUTISMO?

El bautismo es el acto en el que una persona autorizada, acompañada de un creyente en Jesucristo, descienden al agua a la vista de una congregación de testigos. El oficiante sumerge al creyente “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. Enseguida le levanta del agua. Este sencillo acto es el bautismo.

¿QUÉ SIGNIFICA EL BAUTISMO?

El bautismo es un símbolo visible de la salvación. Cristo murió sustituyendo al pecador. Murió como nuestro representante. Esto quiere decir que cuando el Señor Jesucristo padeció en la cruz, realmente fuimos nosotros quienes morimos. El fue muerto representándonos y, así, a los ojos de Dios, estamos muertos. Por esta razón es que en Romanos 6 se lee: “Nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con Él” (v.6). “Fuimos plantados juntamente con Él en la semejanza de su muerte” (v.5). “Hemos sido bautizados en su muerte” (v3).

El descender al agua es un símbolo visible y exterior de que nuestra vida vieja y pecaminosa está muerta. Nuestra historia como pecadores delante de Dios ha terminado. Toda persona que se bautiza debe estar arrepentida de su vida vieja y resuelta a abandonarla definitivamente; de otra manera, su bautismo no tendría ninguna validez.

Así como Cristo fue sepultado después de morir, es necesario que el creyente sea sepultado también, pues, ahora está muerto para las prácticas pecaminosas. La sepultura del creyente se lleva a cabo de manera simbólica en el bautismo. “Porque somos sepultados juntamente con Él... por el bautismo” (Romanos 6:4). “Sepultados con Él en el bautismo” (Col. 2:12). Esta sepultura simbólica nos habla de que el creyente no debe volver a su vida pecadora, ahora está sepultado.

Tres días y tres noches después que Cristo fue sepultado, resucitó de entre los muertos para vivir con Dios, Igualmente, el creyente, habiendo muerto al pecado y habiendo sido sepultado, ahora resucita a una nueva vida: la vida cristiana. El bautismo es un símbolo de esta resurrección del creyente. El ser levantado del agua significa que hemos resucitado con Cristo y que nos disponemos a vivir para la gloria de Dios. “Si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con Él; sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere… así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios” (Ro. 6:8-11). El subir del agua significa que hemos resucitado como nuevas criaturas.

RESUMIENDO:

El bautismo es una confesión visible y pública de la aceptación del creyente de los beneficios ofrecidos en la obra redentora de Cristo y de su identificación con Él en su muerte, sepultura y resurrección.

¿POR QUÉ DEBE UNO BAUTIZARSE?

Porque el bautismo es un acto de obediencia a la voluntad revelada del Señor. Según la Biblia, el bautismo es mandado por Cristo y su obediencia ha de ser perpetuada hasta el fin del mundo. Jesucristo mismo instituyó el bautismo y encargó a sus seguidores bautizar a todos los que hicieran sus discípulos (Mt. 28:19). El orden divino es arrepentirse y luego bautizarse. “Arrepentíos… y bautícese cada uno” (Hch. 2:38). El que se bautiza agrada a Dios, pues, de esta manera, obedece su Palabra.

¿CUÁL ES EL MÉTODO BÍBLICO DEL BAUTISMO?

El bautismo debe realizarse por inmersión, es decir, sumergiendo por completo al candidato en el agua. Esta es la forma correcta, ya que solamente de esta manera se representa exactamente la verdad enseñada en Romanos 6: sepultados con Cristo. Uno debe ser sumergido en agua para ser sepultado, simbólicamente, en ella como señal de nuestra muerte con Cristo. Hay muchos pasajes de la Biblia que confirman esta forma. Por ejemplo, Hechos 8:38-39; Mt. 3:16; Jn. 3:23.

La fórmula del bautismo es la ordenada por nuestro Señor Jesucristo en Mateo 28:19 “En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.

Este método bíblico del bautismo, pues, es por inmersión y en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

¿CUÁNDO DEBE UNO BAUTIZARSE?

No hay en la Biblia un tiempo estipulado entre la conversión y el bautismo. Pero, hay muchos ejemplos de personas que fueron bautizadas inmediatamente después de su conversión. Veamos: “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas”(Hch 2:41) En Hechos 8:35-38 se nos muestra al eunuco Etíope siendo bautizado inmediatamente después de creer. Igual sucede con el carcelero de Filipos y su familia en Hechos 16:32-33. Otras bases bíblicas que confirman esta verdad son: Hechos 9:17-18; 10:47-48; 16:14-15

No hay en la Biblia el relato de ninguno que hubiese tenido que esperar varios meses para ser bautizado. Era una experiencia de “ahora mismo” en los primeros cristianos. El que ama a Dios está ansioso de agradarle y cuanto más pronto, mejor.

¿QUÉ SE NECESITA PARA SER BAUTIZADO?

En primer lugar, haber experimentado un verdadero arrepentimiento. “Arrepentíos y bautícese…” (Hch. 2:38). Este arrepentimiento implica, como ya dijimos, el abandono de toda clase de pecado y maldad. También el arreglo de todas aquellas situaciones que no son aprobadas a los ojos de Dios. Por ejemplo, una persona que estuviera viviendo en unión a otra persona sin casarse, no puede ser bautizada. Primero debe realizar su matrimonio civil para, después, poder recibir las aguas bautismales.

En segundo lugar, creer en Jesucristo como el Salvador de los pecadores. “El que creyere y fuere bautizado…” (Marcos 16:16). Este versículo nos enseña que el bautismo no es para los que no han creído, sino para aquellos que con verdadera fe se acercan al Señor Jesucristo para obtener su salvación, y se bautizan, como un paso de obediencia para simbolizar su total rendimiento a Cristo y su sepultura al pecado. Nadie debe bautizarse si no tiene la seguridad de su salvación.

Medita en estas verdades bíblicas y si estás decidido a morir al mundo y al pecado, a obedecer la Palabra de Dios, a no volver atrás de la obediencia al Señor, entonces, solicita al hermano encargado que le llene su hoja de bautismo para, después, ser bautizado, o acércate a tu pastor para que te guíe cómo hacerlo.

Con cariño,
Tu hermano
Stanley Gómez,


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