Nota: También puede escuchar este mensaje al pie de este post.
- Porque mi pueblo me ha olvidado. Jeremías 18:15.
¿Por qué no se callan y dejan que Dios nos hable al corazón?
Dios usó a los profetas para que Su Pueblo los escuchara. Un profeta es la voz de Dios, y hoy, El Profeta Mayor nos hablará: La Sagrada Escritura, La Biblia que es La Profeta Mayor.
¿Por qué creemos desde Génesis hasta Apocalipsis? porque La Palabra de Dios es viva, y es la guía para toda vida que en ella ha creído.
Reprensiones y amenazas se hallan mezcladas en este capítulo 5 de Jeremías. Los pecados que aquí se les acusa son: Injusticia (V.1), hipocresía en la religión (V.2), obstinación (V.3), corrupción general (V.4-5), idolatría y adulterio (V.7-8), desleales a Dios (V.11), desafío a Dios (V.12-13), y el fondo de todo esto, falta de temor a Dios (V.20-24). Al final del capítulo son acusados de violencia y opresión (V.26-28) hasta corromper completamente al país (V.30-31). Los castigos con que se les amenaza son terribles.
El objetivo y propósito de la predicación de Jeremías, era señalar el "alejamiento del Pueblo de Dios"; y hoy tiene el mismo objetivo debido a que... ¡nos hemos alejado de Dios!
Un verdadero reto:
- Buscad un solo hombre que sea verdaderamente justo en todo Jerusalén;
- Recorred las calles de Jerusalén... Buscad en sus plazas a ver si hay alguno que haga justicia, que busque verdad; y yo la perdonaré.
El pueblo aparentaba ser del Señor, pero Dios dió testimonio que ellos no eran Su Pueblo. De igual manera, no es del Señor ninguno que afirme que es creyente nacido de nuevo, pero se entrega a los pecados escritos en este capítulo: mentira, falta de honradez, adulterio.
Como muchos de Judá, tales personas se han engañado al creer que su infidelidad a Dios no les causará su condenación definitiva. Siempre hay la fuerte tentación a creer que Dios tolerará los pecados, y no enviará el juicio del cual advierte Su Palabra.
Muchos del Pueblo de Dios se inclinan a reclamar las promesas, pero dudan de las advertencias (Lucas 6:46; Mateo 20:16). No tiene nada de extraño que así lo entendamos también nosotros, cuando leemos la interpretación auténtica que Pablo hace en Romanos 3:10-18 de varias porciones del Antiguo Testamento. Incluso, los que profesaban estar a bien con Dios (V.2) jurando por El Nombre de Jehová, no eran sinceros aunque digan: como vive Jehová, juran falsamente.
¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado. Romanos 3:9.
¿Qué hay de nosotros?
"No hay temor de Dios delante de sus ojos" (Romanos 3:18; Mateo 7:21-23).
Pero los ojos de Dios están sobre nosotros en todo instante; la mejor acción del Pueblo de Dios, es esta oportunidad que hoy Dios hable a nuestros corazones. A muchos nos gusta que nos escuchen, y tener grandes asambleas y conferencias, pero ¡basta ya! ...Deja que La Palabra, La Profeta Mayor nos hable y nos ministre.
La palabra de Dios no tiene un dedo acusador, y menos un dedo índice que nosotros usamos con frecuencia para señalar; pero os recomiendo mirarse su mano. Cuando estén señalando, con un dedo indicaran, pero tres dedos te señalan a tí.
¿Cómo cerrar este año?
Reconocer delante de Dios, que no hemos sido justos delante de Sus Ojos, y que en verdad "nos hemos alejado de Él".
Cierra tu puerta y abre tu corazón con sencillez, humildad, arrepentido por nuestro alejamiento. Nuestro Señor pagó el precio, y hoy podemos llegar al Trono de la gracia, y recibir el perdón si nuestro arrepentimiento es sincero delante de Dios.
Dios sólo acepta la verdad.
Cuando oremos seamos sinceros, la hipocresía, la mentira, la jactancia y todo pecado grande o chico como tu le llames es ofensa a Dios, y eso nos ha alejado de Él.
Jeremías profetizó sobre su pueblo: La reforma del rey Josías fracasó, debido a que el arrepentimiento del pueblo fue superficial. Continuaron con su egoísmo e idolatría; todos los líderes rechazaron La Ley y la voluntad de Dios para el pueblo. La sociedad se estaba deteriorando económica, política y espiritualmente en guerras y cautiverio. La palabra de Dios se consideró ofensiva.
Jeremías hace una lista de todos sus pecados, predice el juicio de Dios e implora para que se arrepientan.
El arrepentimiento es una de las necesidades más grandes de nuestro mundo inmoral. El pecado nos lleva a la destrucción; es el momento que tu y yo esperamos, deja que la conciencia despierte a escuchar Palabra de Dios. Las promesas de Dios para los fieles brillan al llevar esperanza para el mañana, y fuerza para hoy.
Dobla tu rodillas antes que este año se vaya, y confiesa el pecado de tu pueblo; y no
olvides que Daniel, siervo de Dios dijo: Hemos pecado (Daniel 9:5). Dios nos guarde y Su Misericordia esté sobre Su Pueblo. Amén.
Amados hermanos y amigos, les invito a escuchar a Dios.
Si deseas oración, me puedes enviar tu petición y con gusto estaré orando por tu necesidad al ministerio:
¡Jesús te ama y yo también!
Tu Hermano Marco Marin Para.
Suecia Lysekil.
Bendiciones.
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