El efecto del evangelio.

Por Marco Marin Parra.
Una reflexión al corazón, basada en Isaías 9:2.

    "El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos." Isaías 9:2.
El pueblo que vivía, que moraba, ya se había conformado con su destino. Recordemos que esta profecía fue 700 a 750 años antes de Cristo; y en Isaías 61:1 nos da la discreción del trabajo, o llamemos Su obra (V. 1), a predicar las buenas nuevas; las buenas noticias; que era la comisión de Cristo que recibe de Su Padre.

Cuando este Cristo nazca y predique este Evangelio, serán cosas buenas, prudentes, saludables, morales. No es solo eso la predicación de Cristo; viene con algo más, porque ahí está la diferencia de tantos "filósofos", "aristócratas".

Las grandes mentes que hay en el mundo, que algunas cosas son buenas y enseñan; pero Cristo vino a enseñar el respeto a Dios. El temor a Dios que el ser humano había perdido.

Notemos cuál es la diferencia de ellos y Cristo:

Isaías 61:1 dice: "El Espíritu de Jehová me ha Ungido". La diferencia es, que la señal es Buena, La Palabra Buena, la Buena moralidad y las cosas saludables para nuestras vidas no van hacer transmitidas en el intelecto solamente; sino que van a ser transmitidas en la unción del Espíritu Santo, amén. ¡Aleluya!

Bajo la unción del Espíritu Santo. Por eso es que hay cosas en el Evangelio que tu crees y no entiendes. ¿Cuántos nos hemos encontrado en esa situación? Crees en esto pero... Tu alma te dice lo contrario, sabes, porque han sido transmitidas en ti, en la unción del Espíritu Santo, no en el intelecto.

Cuando se unge con aceite, las manos quedan con ese aceite, amén. Ungir es pegar la unción de Dios. Cuando tu oyes este Evangelio que Cristo trajo al mundo, se te pega algo. Cuando has llegado y todavía estás aquí, es porque una predicación ungida se te pega, y eso te hace seguir... ¡volver! Porque no es una predicación intelectual, sí, es una predicación ungida por El Espíritu Santo. Porque tu sabías que el adulterio era malo, mentir, que Cristo había muerto en la cruz, etc.

La gran diferencia, es que un mensaje ungido por el poder del Espíritu Santo se te pega, llega al corazón, al Alma; se te incrusta en los huesos, y te va quemando, sacando todo lo que Satanás tenía dentro de ti, y el poder de Dios va aumentando en tu vida. Muchas veces nuestro razonamiento o intelecto no entiende, pero nuestro corazón está seguro de lo que sentimos.

Los amigos o el mundo te preguntan ¿por qué tu vas a la iglesia? A veces respondimos: yo ni sé, pero mi corazón se siente bien y hay una unción que es difícil de describir.

La conmoción de Cristo era predicar las buenas nuevas, y Cristo vino con un elemento diferente, con El Espíritu Santo. Muy diferente al Antiguo Testamento, porque Dios habla a los Profetas que tenían el privilegio de escuchar, y después hablar en el nombre de Dios; eran profetas ungidos por el poder de Dios. Isaías profetizó que cuando El Mesías naciera y predicara ungido con El Espíritu Santo, la gente lo escucharía, aún cuando no creyeran, pero oirían.

¿Qué emanaba Jesús? ¿Qué pega Jesús?

Veamos Hechos 4:13: ¿Qué cosas fueron las que Cristo le pegó a esta gente? tres años solamente: La sombra de Pedro, Pablo echa fuera un espíritu de una muchacha (Hechos 16:18), envía delantales o telas para sanar a enfermos.

¿Qué psicología se puede usar para esto, que gente sin letras, sin estudios, sin educación; gente tosca "para el mundo" pueda hacer estas cosas? La Biblia nos está diciendo que esta predicación está saturada, ungida con algo que no se ve. Hemos creído en un poder que no se ve, no se toca, pero se siente en el corazón "ríos de agua viva dentro de mi ser".

¡Qué grande es Dios! Cristo vino no como otros predicadores, Su mensaje estaba ungido con el poder del Espíritu Santo.

Pero usted se preguntará: ¿qué tiene que ver con nosotros?

Vamos al texto 9:2: Es pueblo que no tenía lámparas, que no salía el sol nunca. "Tinieblas" se refiere a las almas de la gente, su alma no veía la luz. ¿Cuál era esa luz? Cristo (V.6). Se llamará Su Nombre la gran luz que profetizó Isaías, "resplandeció" sobre ellos.

Los moradores vieron el resplandor, una luz progresiva. Una cosa es encender la luz, y otra es que resplandezca. A Cristo se le entregó la comisión de predicar ungido por el poder del Espíritu Santo; así mismo, Él nos entrega a nosotros una transmisión espiritual.

Por eso es, que hay gente que se le habla de Cristo, y pasan los años y el tiempo y hoy están aquí; porque La Palabra, El Mensaje se le pegó gracias a la unción de Dios. Aunque estuvo sepultada y Satanás no quería que tu vieras el resplandor, pero... llegó tu tiempo para levantarte. Glorifica al Dios del cielo... El mensaje ungido lleva eso que se pega, eso que te hace crecer.

Por eso el diablo quiere sellar nuestra boca, que no hablemos de Cristo; porque alguien oye y se salva. Sabemos que Cristo recibió la comisión del Padre, ungida con El Espíritu Santo; y Cristo nos ha comisionado a nosotros. No tenemos que sentir cosquillitas, ni que se nos paren los pelitos para hablar; debemos saber que estamos ungidos, y que Dios ha depositado Su Mensaje en todos los que en Él creen, y han recibido a Su Hijo como dueño y Señor de su vida. Dios hace cosas que no tienen explicaciones para nosotros, porque se nos ha transmitido a nosotros esta predicación (Mateo 28:18-19).

Esta transmisión no es una cosa común: En el Antiguo Testamento los sumos sacerdotes no podían darle el sacerdocio a los que ellos querían; tenían que heredar el sacerdocio los de la tribu de Leví, y los profetas sentían que se acababa, o antes de morir Dios los guiaba para traspasar su ministerio. Samuel fue fiel profeta de Jehová, pero no pudo transmitirlo a sus hijos porque fueron infieles.

Cuando Dios elige, es Su decisión.

El tiempo de Elías se estaba terminando; Dios habló con Elías y ungió a Eliseo. Ese poder de hablar de Dios antes era limitado; pero... por eso Isaías está profetizando que Cristo hará una transmisión de este Evangelio, y lo vemos en Mateo 28:18: "Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra". Ejemplo: dar lo que no es nuestro.

Cristo sí que tiene poder, Él no está prometiendo falsedad. V.19 = "id".

Jesús le dice a Pedro: no te preocupes, Yo sé que tu no sabes hablar pero Yo te enseñaré, trabajaré en tí, ordenarte en tu carácter. A Tomás: Yo conozco tu incredulidad, haré que creas más y más, y tu vida darás por Mí. A Juan y a Santiago: Yo sé que son hijos del trueno, pero Yo estaré con ustedes, y estaré martillando con un cincel fino dando forma a sus vidas. A Juan: haré que seas el discípulo del amor, Palabra saturada con unción.

Ahí está la transmisión, lo que Jesús transmitió a La Iglesia. Lo que El Padre había dicho que Jesús iba a hacer: ¿ir a dónde?, ¿a qué?... a hacer discípulos a todas las naciones.

Muchas veces, cuando vemos las cosas que Dios hace, parece que no tienen lógica para nosotros; Pablo, que podía y tenía los argumentos para predicar a los fariseos, Dios no se lo permitió. Él dijo: Me tomaré de Pedro, el que no tiene letras, el que no tiene requisitos; sí dice Dios, quiero que se pare delante de la gente y se conviertan; dos pequeños mensajes y tres mil se convirtieron, y cinco mil. El que no sabía nada, "el bruto", amén.

Escuche el mensaje aquí.

Cuando esto suceda, que se sepa que es por el poder del Espíritu Santo, por la unción de Dios. Que es Él quien hace la obra, que no haya duda... (los avivamientos no se fabrican). Eso es la transmisión de Isaías 61:1. La comisión que El Padre le dio a Cristo para cuando naciera, 700-750 años antes (Isaías 9:2). Isaías está diciendo que esa comisión será traspasada a nosotros (Mateo 28:18), y continúa en Hechos 1 en el diálogo de Jesús con los discípulos (V. 4-5). Jesús les dio autoridad "para ir por el mundo a predicar las buenas nuevas".

El mundo estaba lleno de charlatanes, de gente que hablaba cosas buenas; filósofos. El imperio Romano tenía grandes oradores, hombres capaces de hablar muchas cosas. Pero la comisión de Cristo no es solamente hablar bien o cosas buenas, la comisión de Cristo, es que cuando hablamos El Espíritu Santo unge los corazones, los bendice, los satura, los llena de su unción. Eso es lo que se nos entregó a nosotros: Espíritu Santo y fuego (Hechos 1:4-5).

¿Cuál era la comisión de Cristo profetizada por Isaías 61:1?: El Espíritu, toda Potestad (Mateo 28:18). Respaldada en Hechos 1:4-5. Jesús les dijo: ustedes van a predicar como El Padre me envió a Mí, no los mandó sólos.

Hechos 1:5: Juan bautizó con agua; Hechos 3:6: No tengo plata ni Oro, pero lo que tengo te doy. Los que creen en Cristo, reciben poder para testificar.

Te recuerdo que, antes que tu le entregaras tu vida a Cristo, tus palabras no tenían el efecto que tienen hoy; porque Cristo vive en tu vida, y El Espíritu Santo mora en ti, y de ti sale el poder de Dios para que tus palabras se peguen a las personas.

¿Cuál era el trabajo de Cristo impuesto por Su Padre?: Predicar el Evangelio con el poder del Espíritu Santo. ¿Cuál es la comisión nuestra ungido: Predicar.

La Iglesia tiene que despertar, saber que nuestro respaldo es Dios. Antes que salgan las palabras, están ungidas. Tu dirás: no estoy preparado; ¿deseas que te cite algo para que despiertes y te levantes? La Biblia nos muestra cómo Dios usa a las personas:

    Lucas 8:26-39: El endemoniado gadareno.
    Juan 4:1-42: Jesús y la mujer samaritana.

Este Evangelio no es intelectual, sino transmitido con el poder del Espíritu Santo y fuego. Amén.

Una vez más, le doy toda la honra y Gloria a Dios. Gracias por todo y para todos.

Tu hermano Marco.
Lysekil - Suecia.
http://OrientacionesBiblicas.BlogSpot.com

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