
Un chico de 24 años viendo a través de la ventana del autobús gritó:
¡Papá, mira los árboles como van corriendo detrás!
El Papá sonrió, y una pareja de jóvenes sentados cerca miraron al joven de 24 años con conducta infantil, y murmuraron que ya estaba viejo como para andar diciendo eso; de pronto, otra vez exclamó:
¡Papá, mira las nubes están corriendo con nosotros! El chico rebosaba de alegría contemplando las nubes.
La pareja de jóvenes, no pudieron resistirse y le dijo al padre del chico:
¿Por qué no llevas a tu hijo a un buen médico?
El anciano Padre sonrió y dijo:
Ya lo hice, y apenas estamos viniendo de la terapia. Mi hijo era ciego de nacimiento, y hoy nuestro Médico llamado JESUCRISTO lo sanó, hoy por primera vez en su vida puede ver y contemplar los arboles, las nubes y todo a su alrededor.
La pareja de jóvenes quisieron tragarse lo que habían dicho...
Reflexión:
Cada persona en el planeta tiene una historia. No juzguemos a la gente antes de realmente conocerla. La verdad puede sorprendernos, y esa Verdad solo la encontramos en Jesucristo El Hijo de Dios.
Nunca juzguemos el aspecto o la situación de una persona antes de ponernos en su lugar, sintamos amor por ella; y hagamos todo lo posible por ayudarla.
Ese Médico, es Médico por excelencia, y tiene poder para sanar toda enfermedad. Él desea que tú y yo seamos Sus instrumentos para dar sanidad y medicina al mundo entero; por ello, ya no juzguemos ni veamos con malos ojos a las demás personas; sino mas bien, amemos y ayudemos a nuestro prójimo.
Dios les bendiga!
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