Cruzando el río.

Por Marco Marin Parra.
Un mensaje basado en Josué 3:17:
    Mas los sacerdotes que llevaban el arca del pacto de Jehová, estuvieron en seco, firmes en medio del Jordán, hasta que todo el pueblo hubo acabado de pasar el Jordán; y todo Israel pasó en seco.

Este cruce difiere de todos los demás, y fue sin pérdidas de vidas para El Pueblo de Dios. Las aguas se apilaron a ambos lados al toque de los pies de los sacerdotes.

1. Los obstáculos se desvanecen al toque de la fe.

Los obstáculos que pueden ser tremendos a distancia, desaparecen cuando se avanza sobre ellos, y se les toca con valor. Como sucede durante la vida, ocurre igualmente al final de la misma. Muchas personas tienen ahora miedo al cruce final del Jordán. Pero... cuando lleguemos a él, cuando nos haya llegado el tiempo aprobado por Dios para que lo crucemos, todo temor se desvanecerá.

Cristo, nuestro sacerdote, con sus pies irá delante nuestro; Sus pies tocarán las aguas y hará que se separen, y podremos pasar a través de ellas a terreno seguro.

2. Será la plenitud de todo lo que Dios hace.

Cuando El Jordán dejó de fluir, no inundó sus orillas, tampoco dejó lodo en su lecho; estaba seco. Dios nos lo da todo completo, no hace nada imperfecto. Él hizo un universo completo, nos dio un Salvador completo, una Biblia completa, y nos dará a cada uno de nosotros, un pasaje completo a través del Jordán.

3. La muerte está entre nosotros, y todo lo brillante, hermoso y fructífero del más allá.

Hay un río de dificultades que debemos cruzar. Las grandes uvas y la buena tierra estaban más allá del Jordán, al otro lado. Hemos de cruzar el río para conseguirlos. Lo que no cuesta nada, no tiene ningún valor. Debemos de luchar por lo que en realidad vale.

Cada creyente nacido de nuevo sabe, por experiencia, que es así; y después de cada dificultad que se ha vencido en esta vida, nos espera el cruce final del río de la muerte. Pero... el gran Sumo Sacerdote irá delante de nosotros, y las aguas se abrirán para que el creyente pueda cruzar con total seguridad, cantando con gozo.

Las familias de los Israelitas pasaron por el río, todas juntas. ¡Qué felicidad deben de haber experimentado! Sin embargo, nosotros debemos pasar uno por uno; pero, mientras un pié se posa en el río, el otro ya estará en el cielo. No es un descenso, sino un rapidísimo ascenso. ¡Qué consolación para todos los creyentes! Los que han de partir no serán sumergidos, o tragados por algo; sino que, cruzarán el paso definitivo y póstumo con victoria, y llegarán vivos a la otra orilla.

Todos sus dolores y sus males habrán desaparecido, y estarán por siempre a salvo de todas las artimañas de Satanás. ¿Les llamaría usted para que viniesen de vuelta a la tierra? ¿No han tenido ya suficientes luchas y conflictos? ¿Les obligaría a pasar por El Jordán dos o tres veces? Allí donde se encuentran no hay pecado, nunca se cansan, nunca sufren, nunca lloran, y nunca volverán a morir. Amén.

Una vez más, le damos juntos las gracias a Dios por su bendita y eterna Palabra, amén.

Escríbeme: marcomarinparra@hotmail.com
o visita la página del Ministerio: www.facebook.com/doblandorodillas

Tu amado hermano Marco Marin Parra.
Suecia Lysekil.
Bendiciones.

Encuentre más reflexiones y temas interesantes de escritores cristianos en nuestra página:
http://OrientacionesBiblicas.BlogSpot.com/

Imprimir este post.
Compartir este blog con sus amigos...
This entry was posted in , , , . Bookmark the permalink.

Síganos en Facebook:

COMÉNTENOS SOBRE ESTE BLOG:

Amado Dios, dedico a Tí el trabajo de este sitio, y lo hago con todo mi corazón y con todo mi amor, esperando que por medio de él atraerás a los que deseas que vengan a Tí. Por mi trabajo en la oficina no puedo salir a predicar, pero con esto quiero hacer mi aporte. Recíbelo Señor, te lo entrego en tus manos, para que lo sostengas si te place. Recibe Tú la exaltación por los buenos comentarios; y por los ataques y ofensas hacia mi persona toma Tú el control de todo, pues este sitio es Tuyo Señor. A Tí sea la Gloria, la Honra, la Alabanza, el Poder y Majestad, por los siglos de los siglos en nombre de Jesucristo, Señor y Salvador Nuestro. Amén.