Lectura bíblica: 
Hebreos 4:14-16 RV60
14 Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión.
15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.

16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.

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Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia...

Puesto que Cristo se compadece de las debilidades de los creyentes (V.5), ellos pueden acercarse confiadamente al trono celestial, Él recibe y anhela las oraciones y peticiones que eleven. Se llama "Trono de la Gracia" porque de él fluye de parte de Dios el amor, la ayuda, la misericordia, el perdón, el poder espiritual, el derramamiento del Espíritu Santo, los dones espirituales, el fruto del Espíritu y todo lo que necesitamos en cualquier circunstancia.

Una de las más grandes bendiciones de la salvación, es que ahora Cristo en calidad de sumo sacerdote, nos abre un camino a Su presencia, mediante el cual siempre podremos buscar la ayuda que necesitemos.

Al mirar y vivir los días actuales del pueblo de Dios, vemos y palpamos que nos olvidamos del "Sumo Sacerdote". Abrió los cielos para todos los que creemos en Él. Las debilidades son producto que no nos acercamos a La Palabra de Dios. En Su Palabra está el oportuno socorro, los tiempos son malos para los que no tienen a Cristo; pero nosotros somos privilegiados, tenemos un intercesor que durante las 24 horas está intercediendo por nosotros, por sus hijos, amén.

El "Trono de la Gracia" está al alcance de ti y de mi, sólo tenemos que doblar nuestras rodillas y abrir nuestra boca, y presentarnos con el corazón abierto y sincero delante del Trono de la Gracia, confiadamente; sin dudar, pisar firme porque ya fueron afirmados nuestros pies y tobillos.

Hechos 3:7 dice: Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos.

El milagro, la curación del un cojo nos hace meditar sobre la firmeza que El Señor pone antes de sanar el corazón de las personas, nos levanta y nos afirma los pies y tobillos.

Hebreos 10:21= y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios.

¿Qué más podemos pedir?, ¿qué más podemos anhelar?, es el día y la hora donde debemos entrar confiadamente.

V.22: Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura, V. 23: Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Amén.

Amados hermanos y Amigos, deseo decirles que, es fácil recibir lo que anhelamos, que es agradable escribir y predicar La Palabra de Dios cuando Él nos guía por su Santo Espíritu, amén. Demos las gracias a nuestro Dios Todopoderoso, y confiadamente caminaremos hacia Su Presencia, amén.