Por Marco Marín Parra.
Un mensaje basado en Génesis 5:22-24 RV60.
Tu Hermano,
Marco Marin.
facebook.com/marco.m.parra
Suecia - Lysekil,
Bendiciones.
http://edificandote.blogspot.com/
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Un mensaje basado en Génesis 5:22-24 RV60.
La Palabra nos enseña que Enoc vivió y anduvo con Dios todos los días de su vida. Su vida fue muy diferente a la vida de muchos creyentes de hoy, muchos dicen: El Señor está en mi vida, pero andan solos por la vida, tienen un pie en Cristo y el otro en el mundo.
Son muchas las causas que se interponen entre los buenos deseos de andar y vivir con Dios, algunas de ellas son: Satanás, la carne y el mundo. ¿Cuántas personas que saben lo hermoso que es andar y vivir con Dios, prefieren perder todo por seguir el mundo y sus falsos encantos?
El Apóstol Pablo con gran tristeza decía de su joven colaborador en el Evangelio, "Demas": "Porque Demas me ha desamparado, amando este mundo" (2 Timoteo 4:10). Muchos no queremos andar y vivir con Dios aunque sabemos que esto es lo mejor, porque nos encontramos apegados, enredados en las cosas terrenales, disfrutando de las pocas cosas que hemos adquirido.
Enoc llevó una vida de piedad, de santidad, de consagración a Dios. A pesar de que vivió en un ambiente de incredulidad, impiedad y perversidad, pudo mantenerse fiel y andar y vivir con Dios; y eso le valió para que al fin de su jornada fuera llevado por Dios sin ver la muerte (igual que el Profeta Elías).
Si queremos vivir y andar con Dios, lo primero es estar vivos. En otras palabras, que estemos "Regenerados"; que se haya efectuado en nosotros ese cambio de vida que se llama "Nuevo Nacimiento", usando como medio La Palabra de Dios, y siendo su autor el Espíritu Santo.
¡Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo! (Efesios 5:14)
Vivimos en una época en que estamos dormidos para las cosas espirituales y celestiales; pero muy despiertos para las cosas materiales y del mundo, son millones los que duermen espiritualmente. Si queremos vivir y andar con Dios, estemos despiertos para las cosas del alma, y vivos para las cosas eternas para los intereses de arriba, donde está Cristo nuestro intercesor, quien está preparando nuestra morada.
No durmamos espiritualmente, porque si lo hacemos, corremos el peligro de que nos lleve la corriente mundanal como pasó con "Demas", el compañero de Pablo, amén.
Que Dios nos ayude a perseverar hasta el fin de la jornada, amén.
Te envío las más ricas bendiciones, y que El Bendito Dios del cielo esté sobre tí, y todos los tuyos.
Son muchas las causas que se interponen entre los buenos deseos de andar y vivir con Dios, algunas de ellas son: Satanás, la carne y el mundo. ¿Cuántas personas que saben lo hermoso que es andar y vivir con Dios, prefieren perder todo por seguir el mundo y sus falsos encantos?
El Apóstol Pablo con gran tristeza decía de su joven colaborador en el Evangelio, "Demas": "Porque Demas me ha desamparado, amando este mundo" (2 Timoteo 4:10). Muchos no queremos andar y vivir con Dios aunque sabemos que esto es lo mejor, porque nos encontramos apegados, enredados en las cosas terrenales, disfrutando de las pocas cosas que hemos adquirido.
Enoc llevó una vida de piedad, de santidad, de consagración a Dios. A pesar de que vivió en un ambiente de incredulidad, impiedad y perversidad, pudo mantenerse fiel y andar y vivir con Dios; y eso le valió para que al fin de su jornada fuera llevado por Dios sin ver la muerte (igual que el Profeta Elías).
Si queremos vivir y andar con Dios, lo primero es estar vivos. En otras palabras, que estemos "Regenerados"; que se haya efectuado en nosotros ese cambio de vida que se llama "Nuevo Nacimiento", usando como medio La Palabra de Dios, y siendo su autor el Espíritu Santo.
¡Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo! (Efesios 5:14)
Vivimos en una época en que estamos dormidos para las cosas espirituales y celestiales; pero muy despiertos para las cosas materiales y del mundo, son millones los que duermen espiritualmente. Si queremos vivir y andar con Dios, estemos despiertos para las cosas del alma, y vivos para las cosas eternas para los intereses de arriba, donde está Cristo nuestro intercesor, quien está preparando nuestra morada.
No durmamos espiritualmente, porque si lo hacemos, corremos el peligro de que nos lleve la corriente mundanal como pasó con "Demas", el compañero de Pablo, amén.
Que Dios nos ayude a perseverar hasta el fin de la jornada, amén.
Te envío las más ricas bendiciones, y que El Bendito Dios del cielo esté sobre tí, y todos los tuyos.
Tu Hermano,
Marco Marin.
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