Vamos a meditar en este hermoso pasaje bíblico de La Sagrada Escritura: Mateo 23:37-39:
37 !!Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! !!Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!
38 He aquí vuestra casa os es dejada desierta.
39 Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor.
¡¡Jerusalén, Jerusalén!!... La gran tristeza del Señor.
Las lágrimas del Señor por la terquedad de Jerusalén, atestiguan el libre albedrío con el cual el hombre resiste la gracia y la voluntad de Dios. La ciudad de Jerusalén había rechazado al Rey, al Mesías que esperaron por siglos y no recibieron.
Jesús los abandona a su propio sistema religioso vacío que a ellos los lucraba, y era una vida llena de rutinas y leyes impuestas por ellos mismos. Cristo tiene que retirarse, y no será visto por Israel otra vez hasta que clamen para
que El Mesías venga como su libertador.
Eso ocurrirá sólo cuando Israel pase por los terribles días de la Tribulación, y esté en su mayor peligro. Pero no solo Israel, sino todos los que no han recibido a Cristo como dueño y Señor de su vida.
Tribulación.
¿Qué significa esta palabra? Adversidad, aflicción, angustia, calamidad, dolor, malo, miseria, padecimiento, sufrimiento.
Veamos 2 Tesalonicenses 2:13-17: Jesús El Mesías enviado por Dios con el mensaje de arrepentimiento y salvación, lo que el pueblo necesitaba, y lo necesita hoy, amén.
Pero no fue recibido por todos; las apariencias, los estatus sociales, la rutina religiosa puesta en la mente por los escribas y sacerdotes, hizo llorar a Jesús. Hoy todavía hay millones en el mundo que no desean perder sus hábitos, sus ritos o la religión de sus antepasados que los llevarán a la perdición.
No es esta la vida que Jesús quiere para sus hijos, sino la vida eterna. Jesús dijo en Juan 17:3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a Tí, el Único Dios Verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. El pecado no los hace entender, que el Hijo de Dios lloró por todos aquellos que lo negaron, y hoy lo siguen negando.
El Señor quiere el arrepentimiento para que sean salvos. Iglesia del Señor, levantémonos para secar las lágrimas de Jesús que derramó por Israel, y no sólo por ellos, sino por tí y por mí, amén.
Levantemos nuestro clamor por todos aquellos que todavía no tienen a Cristo como dueño y Señor de sus vida, amén.
Tu amado hermano en Cristo Marco Marin Parra. Que esta palabra nos ayude en estos tiempos, donde se siente, se palpa y se puede ver que La Palabra de Dios se cumple. Que El Espíritu Santo toque, transforme y cambie vidas, amén.
37 !!Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! !!Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!
38 He aquí vuestra casa os es dejada desierta.
39 Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor.
¡¡Jerusalén, Jerusalén!!... La gran tristeza del Señor.
Las lágrimas del Señor por la terquedad de Jerusalén, atestiguan el libre albedrío con el cual el hombre resiste la gracia y la voluntad de Dios. La ciudad de Jerusalén había rechazado al Rey, al Mesías que esperaron por siglos y no recibieron.
Jesús los abandona a su propio sistema religioso vacío que a ellos los lucraba, y era una vida llena de rutinas y leyes impuestas por ellos mismos. Cristo tiene que retirarse, y no será visto por Israel otra vez hasta que clamen para
que El Mesías venga como su libertador.
Eso ocurrirá sólo cuando Israel pase por los terribles días de la Tribulación, y esté en su mayor peligro. Pero no solo Israel, sino todos los que no han recibido a Cristo como dueño y Señor de su vida.
Tribulación.
¿Qué significa esta palabra? Adversidad, aflicción, angustia, calamidad, dolor, malo, miseria, padecimiento, sufrimiento.
Veamos 2 Tesalonicenses 2:13-17: Jesús El Mesías enviado por Dios con el mensaje de arrepentimiento y salvación, lo que el pueblo necesitaba, y lo necesita hoy, amén.
Pero no fue recibido por todos; las apariencias, los estatus sociales, la rutina religiosa puesta en la mente por los escribas y sacerdotes, hizo llorar a Jesús. Hoy todavía hay millones en el mundo que no desean perder sus hábitos, sus ritos o la religión de sus antepasados que los llevarán a la perdición.
No es esta la vida que Jesús quiere para sus hijos, sino la vida eterna. Jesús dijo en Juan 17:3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a Tí, el Único Dios Verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. El pecado no los hace entender, que el Hijo de Dios lloró por todos aquellos que lo negaron, y hoy lo siguen negando.
El Señor quiere el arrepentimiento para que sean salvos. Iglesia del Señor, levantémonos para secar las lágrimas de Jesús que derramó por Israel, y no sólo por ellos, sino por tí y por mí, amén.
Levantemos nuestro clamor por todos aquellos que todavía no tienen a Cristo como dueño y Señor de sus vida, amén.
Tu amado hermano en Cristo Marco Marin Parra. Que esta palabra nos ayude en estos tiempos, donde se siente, se palpa y se puede ver que La Palabra de Dios se cumple. Que El Espíritu Santo toque, transforme y cambie vidas, amén.
Suecia - Lysekil,
Bendiciones.
http://edificandote.blogspot.com Imprimir este post.
Publicar un comentario