LA ORACION DE JABES.

Por Marvin Santos.

Creo que hasta hay un  libro con ese mismo nombre. Esto demuestra lo profunda y sencilla que a la vez resulta estas frases de Jabes, un personaje muy efímero en la Biblia pero que no deja de ser simplemente edificante para todos los cristianos.

En la traducción de la Biblia de Las Américas se lee en 1 Crónicas 4:9-10 "Jabes invocó al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si en verdad me bendijeras, ensancharas mi territorio, y tu mano estuviera conmigo y me guardaras del mal para que no me causara dolor! Y Dios le concedió lo que pidió."

Esta pequeña porción de las Sagradas Escrituras demuestran que Dios escucha las oraciones de sus hijos y no solo las escucha, sino que está tan cerca que las responde según nuestra petición. Jabes tenían un sueño, el sueño de ensanchar su territorio, de prosperar financieramente pero en la intención de sus palabras también encontramos que no era una mera ambición de cosas materiales como el dinero o el poder sino que a la vez él pidió el acompañamiento de la sabiduria de Dios para saber encausarse en este nuevo estatus social.

He escuchado a muchos predicadores que hablan de la Prosperidad. Defienden posturas que a mi juicio y a la luz de la Biblia están erradas. Sus mensajes dirigidos a multitudes se pueden resumir en dos palabras: la "siembra" y la "cosecha".  De esta manera, al aplicar en el ámbito espiritual la ley de la siembra y la cosecha, mientras más "siembre" más "cosechará". Esto no digo que NO pueda pasar, puede pasar, Dios puede bendecir a un hermano pero creo que lo haría bajo estos términos planteados por Jabes. Así, la teología de la prosperidad no puede plantearse de otra manera sino bajo los antecedentes bíblicos. Jabes pidió bendición, cosas materiales, pero a la vez pidió que Dios estuviera con él.

Hay que tener cuidado con esto de la doctrina de la prosperidad, no es cierto que si tú das "x" o "y" bien material o cantidad de dinero Dios tiene la obligación de darte el doble. No es cierto. Recordemos el caso de la viuda, la palabra de Dios dice que la viuda ofrendó "su sustento" mientras que los ricos daban lo que les sobraba. Es decir, la intención es la que cuenta, el corazón del que da es el que llama la atención de Dios quien no se quedará sin bendecirle. El apóstol lo dijo a su modo también cuando hablaba del amor, cuando decía si yo diese mi cuerpo para ser quebrantado y no tengo amor, nada soy. Allí mismo el Apóstol dice que hacer  cosas sin amor, entre ellas donar a la iglesia o inclusive yo me atrevería a decir dar el diezmo, no sirve de nada, es como hacer ruido con un metal, o simplemente ser un "címbalo que retiñe", vanidad.

Jabes en su oración nos dice que sí que hay que pedir bendición pero no hay que olvidarnos que esa bendición es para bendecir a otros, es para ensanchar nuestro territorio pero con el acompañamiento de Dios.

Que Dios le bendiga.
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