Lectura bíblica:
Juan 2:13-17 RV60
13 Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén,
14 y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados.
15 Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas;
16 y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado.
17 Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume.
1. El mayor interés de Cristo es la santidad y devoción sincera dentro de su Iglesia (Juan 17:17,19). Él murió para "santificarla, a fin de presentársela a si mismo, una Iglesia Santa y sin mancha". (Efesios 5:25-27).
2. La adoración dentro de la Iglesia debe ser en Espíritu y Verdad (Juan 4:24). La casa de Dios debe ser un lugar de oración y comunión con Dios. (Mateo 21:13).
3. Cristo condenará a todo el que use la Iglesia, el Evangelio o Su Reino para ganancia, gloria o jactancia personales.
4. El amor sincero a Dios y a sus propósitos redentores, dará por resultado un "celo" consumidor por la justicia de la casa, y del reino de Dios (Juan 2:17). Es decir, el que de veras quiera ser como Cristo, no tolerará la injusticia dentro la Iglesia. (Apocalipsis capítulos 2 y 3).
5. Es esencial que todos los verdaderos Ministros Cristianos protesten contra los que profanan y degradan el reino de Dios. (Romanos 14:17; 1 Corintios 6:9-11; Gálatas 1:6-10; Apocalipsis Cap 2 y 3).
6) Si no se permite que Cristo entre en las congregaciones de los fieles para purificarlos del engaño de la inmoralidad, de la secularización y de la profanación (Apoc 2 y 3), más tarde, en Su Segunda Venida y en juicio divino, Él purificará a Su Iglesia de manera definitiva. (Malaquías 3:2).
El punto central de adoración para los cristianos se desplazó del templo, a Jesucristo mismo. Ahora Él, no el templo, constituye la Presencia de Dios entre su Pueblo. Él es La Palabra de Dios hecha carne. (Juan 1:14), y en Él habita toda la plenitud de Dios. Colosenses 2:9.
En realidad, Jesús llama a Su propio Cuerpo "este templo" (Juan 2:19-22). Mediante Su sacrificio en la cruz, Él cumplió todos los sacrificios que tenían lugar en el templo. (Hebreos 9:1; 10:18).
Observemos también su conversación con la mujer samaritana: Jesús declaró que pronto la adoración tendría lugar, no en un edificio especifico, sino "en espíritu y en verdad"; es decir, donde quiera que las personas genuinamente creyeran La Verdad de La Palabra de Dios, y recibieran Al Espíritu de Dios por medio de Cristo (Juan 4:23).
Como Jesucristo personificó el significado del templo, y como la Iglesia es Su Cuerpo (Romanos 12:5; 1 Corintios 12:12-27; Efesios 1:22-23; Colosenses 1:18), se denomina a La Iglesia "el templo de Dios", donde mora Cristo y Su Espíritu. (1 Corintios 3:16; 2 Corintios 6:16; Efesios 2:21-22). Por medio de su Espíritu, Cristo vive en Su Iglesia y exige que Su Cuerpo sea santo.
Al igual que en el Antiguo Testamento donde Dios no toleraba profanación alguna de Su Templo, así Él promete destruir a cualquiera que profane a Su Iglesia. (1 Corintios 3:16).
El Espíritu Santo no sólo vive en la Iglesia, sino también, en el creyente individual como Su Templo (1 Corintios 3:16). Por esa razón, Pablo advierte vigorosamente contra cualquier contaminación del cuerpo humano, por inmoralidad o impureza.
Por último, no hay necesidad alguna de un templo en la nueva Jerusalén (Apoc. 21:22); la razón es clara: El templo era sólo un símbolo de la presencia de Dios entre Su Pueblo. No es necesario templo alguno cuando Dios y el Cordero estén en verdad viviendo entre ellos.
El Señor Todopoderoso es el Templo de ella y el Cordero (Apoc. 21:22). Mantengamos el templo nuestro limpio para esperar Su Venida. Mis bendiciones, y que este mensaje nos ayude en estos días, amén.
Tu amado hermano Marco Marin Parra.
Suecia - Lysekil.
Juan 2:13-17 RV60
13 Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén,
14 y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados.
15 Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas;
16 y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa de mi Padre casa de mercado.
17 Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me consume.
- Jesús purifica el templo, Su primer acto público (Jn 2:13-17).
- Jesús purifica el templo, Su último gran acto público (Mat 21:12-13)
1. El mayor interés de Cristo es la santidad y devoción sincera dentro de su Iglesia (Juan 17:17,19). Él murió para "santificarla, a fin de presentársela a si mismo, una Iglesia Santa y sin mancha". (Efesios 5:25-27).
2. La adoración dentro de la Iglesia debe ser en Espíritu y Verdad (Juan 4:24). La casa de Dios debe ser un lugar de oración y comunión con Dios. (Mateo 21:13).
3. Cristo condenará a todo el que use la Iglesia, el Evangelio o Su Reino para ganancia, gloria o jactancia personales.
4. El amor sincero a Dios y a sus propósitos redentores, dará por resultado un "celo" consumidor por la justicia de la casa, y del reino de Dios (Juan 2:17). Es decir, el que de veras quiera ser como Cristo, no tolerará la injusticia dentro la Iglesia. (Apocalipsis capítulos 2 y 3).
5. Es esencial que todos los verdaderos Ministros Cristianos protesten contra los que profanan y degradan el reino de Dios. (Romanos 14:17; 1 Corintios 6:9-11; Gálatas 1:6-10; Apocalipsis Cap 2 y 3).
6) Si no se permite que Cristo entre en las congregaciones de los fieles para purificarlos del engaño de la inmoralidad, de la secularización y de la profanación (Apoc 2 y 3), más tarde, en Su Segunda Venida y en juicio divino, Él purificará a Su Iglesia de manera definitiva. (Malaquías 3:2).
El punto central de adoración para los cristianos se desplazó del templo, a Jesucristo mismo. Ahora Él, no el templo, constituye la Presencia de Dios entre su Pueblo. Él es La Palabra de Dios hecha carne. (Juan 1:14), y en Él habita toda la plenitud de Dios. Colosenses 2:9.
En realidad, Jesús llama a Su propio Cuerpo "este templo" (Juan 2:19-22). Mediante Su sacrificio en la cruz, Él cumplió todos los sacrificios que tenían lugar en el templo. (Hebreos 9:1; 10:18).
Observemos también su conversación con la mujer samaritana: Jesús declaró que pronto la adoración tendría lugar, no en un edificio especifico, sino "en espíritu y en verdad"; es decir, donde quiera que las personas genuinamente creyeran La Verdad de La Palabra de Dios, y recibieran Al Espíritu de Dios por medio de Cristo (Juan 4:23).
Como Jesucristo personificó el significado del templo, y como la Iglesia es Su Cuerpo (Romanos 12:5; 1 Corintios 12:12-27; Efesios 1:22-23; Colosenses 1:18), se denomina a La Iglesia "el templo de Dios", donde mora Cristo y Su Espíritu. (1 Corintios 3:16; 2 Corintios 6:16; Efesios 2:21-22). Por medio de su Espíritu, Cristo vive en Su Iglesia y exige que Su Cuerpo sea santo.
Al igual que en el Antiguo Testamento donde Dios no toleraba profanación alguna de Su Templo, así Él promete destruir a cualquiera que profane a Su Iglesia. (1 Corintios 3:16).
El Espíritu Santo no sólo vive en la Iglesia, sino también, en el creyente individual como Su Templo (1 Corintios 3:16). Por esa razón, Pablo advierte vigorosamente contra cualquier contaminación del cuerpo humano, por inmoralidad o impureza.
Por último, no hay necesidad alguna de un templo en la nueva Jerusalén (Apoc. 21:22); la razón es clara: El templo era sólo un símbolo de la presencia de Dios entre Su Pueblo. No es necesario templo alguno cuando Dios y el Cordero estén en verdad viviendo entre ellos.
El Señor Todopoderoso es el Templo de ella y el Cordero (Apoc. 21:22). Mantengamos el templo nuestro limpio para esperar Su Venida. Mis bendiciones, y que este mensaje nos ayude en estos días, amén.
Tu amado hermano Marco Marin Parra.
Suecia - Lysekil.
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