Cuando los siervos de Dios están con Él cara a cara sin ser perturbados por la presencia de otra persona, la oración alcanza su plano más elevado.
Los hombres de poder en toda la historia de la Iglesia han sido personas que han pasado mucho tiempo en lugar secreto orando a Dios. Allí han oído la voz del Señor, y han visto claro la visión espiritual. También han recibido la comisión del Rey, y sus labios han sido tocados con llama de fuego. Le invito a ver el video y escuchar esta breve reflexión para edificación de su vida.
Lectura bíblica de hoy: 1 Reyes 18:41-46 RV60
41 Entonces Elías dijo a Acab: Sube, come y bebe; porque una lluvia grande se oye.
42 Acab subió a comer y a beber. Y Elías subió a la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas.
43 Y dijo a su criado: Sube ahora, y mira hacia el mar. Y él subió, y miró, y dijo: No hay nada. Y él le volvió a decir: Vuelve siete veces.
44 A la séptima vez dijo: Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. Y él dijo: Ve, y di a Acab: Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no te ataje.
45 Y aconteció, estando en esto, que los cielos se oscurecieron con nubes y viento, y hubo una gran lluvia. Y subiendo Acab, vino a Jezreel.
46 Y la mano de Jehová estuvo sobre Elías, el cual ciñó sus lomos, y corrió delante de Acab hasta llegar a Jezreel.
Los hombres de poder en toda la historia de la Iglesia han sido personas que han pasado mucho tiempo en lugar secreto orando a Dios. Allí han oído la voz del Señor, y han visto claro la visión espiritual. También han recibido la comisión del Rey, y sus labios han sido tocados con llama de fuego. Le invito a ver el video y escuchar esta breve reflexión para edificación de su vida.
Lectura bíblica de hoy: 1 Reyes 18:41-46 RV60
41 Entonces Elías dijo a Acab: Sube, come y bebe; porque una lluvia grande se oye.
42 Acab subió a comer y a beber. Y Elías subió a la cumbre del Carmelo, y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas.
43 Y dijo a su criado: Sube ahora, y mira hacia el mar. Y él subió, y miró, y dijo: No hay nada. Y él le volvió a decir: Vuelve siete veces.
44 A la séptima vez dijo: Yo veo una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. Y él dijo: Ve, y di a Acab: Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no te ataje.
45 Y aconteció, estando en esto, que los cielos se oscurecieron con nubes y viento, y hubo una gran lluvia. Y subiendo Acab, vino a Jezreel.
46 Y la mano de Jehová estuvo sobre Elías, el cual ciñó sus lomos, y corrió delante de Acab hasta llegar a Jezreel.
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Saludos,
Tu amado hermano en Cristo,
Marco Marin Parra.
Suecia - Lysekil.
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