LA OCIOSIDAD NO ES IGUAL A LA RESPONSABILIDAD.

Por Guillermo A. Morataya.

Lectura bíblica en Mateo 25:14-30.

Pensamiento:
El mundo está promoviendo una cultura de ocio que convierte al hombre en irresponsable.

Al observar a la mayoría de la juventud actual, se puede ver cómo predomina la superficialidad, tanto dentro como fuera de la iglesia; existe poco deseo de cultivar un carácter con valores altos, son muy pocos los que aman la lectura, se busca el emocionalismo y se abraza el ocio; pocos son los que piensan en prepararse para un futuro.

Al apreciar este panorama; podemos decir con certeza, que es poco alentador el futuro de nuestra sociedad y de la iglesia; pues esa misma superficialidad se puede apreciar en los jóvenes del Señor, son pocos los que anhelan más de Cristo, el ser llenos del Espíritu Santo, el servirle al Señor, el prepararse en La Palabra.

1. Jesús quiere responsabilidad y no ocio.

El pasaje a considerar es muy conocido, y no es la intención tratar los detalles de este; mas bien, señalar la posición del Señor ante la responsabilidad y ante el ocio.

Si se pone atención al pasaje, la actitud del Señor ante la responsabilidad es de aprobación; pero ante el ocio es de indignación y de enojo; pudiéramos preguntarnos: ¿Por qué el Señor se molestó tanto con el que enterró el talento?, pensemos: Este hombre que enterró el talento, no robó lo que se le había confiado, no ocupó el dinero para algo indebido, tan sólo lo guardó, y al regresar su Señor, se lo regresó. ¿Entonces cuál fue el problema? El problema fue que este hombre actuó ociosamente con lo que se le había confiado.

Dios nos ha confiado muchas cosas; pensemos: Nos ha confiado la vida, diversas oportunidades, talentos y capacidades, hogares, familias, bienes; en fin, nos ha dado muchas cosas, ¿cómo las estamos aprovechando?, ¿cómo las estamos cultivando?, ¿cómo las estamos trabajando? ¿Seremos en aquel día de aquellos que se nos dirá: Bien buen siervo fiel, en lo poco me fuiste fiel, sobre mucho te pondré, o seremos de aquellos que habrán de ser avergonzados?

2. El ocio produce ruina.

El ocio produce ruina en todas las áreas, pensemos en la familia: Cuando los que son responsables de cuidar una familia actúan ociosamente, esto produce ruina en dicha familia, empezando por los hijos.

Muchas veces los padres dejan la educación de los hijos a la televisión, al Internet, a la escuela, y a la iglesia. Pero ¿qué sucede?... Los muchachos se forman con un carácter tan irresponsable que cuando sus padres reaccionan, el daño es irreversible, los muchachos crecieron y son incapaces de enfrentar la vida; ¿Qué falló?... Fuiste negligente con lo que Dios te confió; no les enseñaste a tus hijos a amar al Señor, a respetar a su prójimo, a esforzarse en la vida; quizás les diste casa, alimentación, pero no los preparaste para un futuro.

Otro ejemplo de ociosidad en lo que se nos confía, es respecto a la forma cómo administramos nuestras finanzas, muchas veces se gasta más de lo que se gana, y otras veces se vive de tal manera como si siempre estaremos en la misma situación y no se prevé para un cambio.

Una ilustración de esto, es la posición que se adopta cuando dependemos de una ayuda que recibimos, podría ser de un pariente que está fuera del país, de algún amigo, o de alguna institución. Algunas personas al recibir este tipo de ayuda dejan de trabajar y viven a expensas completamente de esta ayuda; se acomodan tanto que se vuelven incapaces de enfrentar la vida; pero ¿si la situación cambia?, ¿si la fuente de la ayuda cesa?, solo quedará el remordimiento de todo el dinero que malgastamos, y del tiempo y las oportunidades que perdimos.

La ociosidad en la iglesia se puede ver en una cultura de dependencia, dependemos del período de oración que se da en la iglesia, dependemos de la lectura de La Palabra que se da los días de reunión, dependemos del testimonio de las experiencias de otros con el Señor.

No buscamos a Cristo en oración, no leemos La Palabra con aquel deseo de conocer más del Señor; no anhelamos tener experiencias con Cristo, no anhelamos servirle a ÉL.

Qué decir de los que son ociosos en sus empleos, son los primeros candidatos al despido al momento de un recorte.

Conclusión:

Si de alguna manera este pensamiento breve te anima a ser responsable de lo que El Señor te ha confiado, entonces este mensaje habrá alcanzado su objetivo.

No te olvides que la responsabilidad más grande que se nos ha confiado, es el saber que Cristo vino a nacer como un hombre, para como hombre morir y pagar por nuestros pecados y resucitar para nuestra justificación.

Dios te bendiga.
www.OrientacionesBiblicas.org
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