Algunos consejos para hacer frente a la crisis financiera. Por Guillermo A. Morataya.
La situación actual económicamente hablando, nos es agobiante a muchos; ya dimos algunos consejos anteriormente para poder hacerle frente a la crisis que atravesamos. Hoy quisiera hablar un poco acerca del tema de participar de una deuda ajena.
Proverbios 6:1-5: Hijo mío, si salieres fiador por tu amigo, si has empeñado tu palabra a un extraño, te has enlazado con las palabras de tu boca, y has quedado preso en los dichos de tus labios. Haz esto ahora, hijo mío, y líbrate, ya que has caído en la mano de tu prójimo; ve, humíllate, y asegúrate de tu amigo. No des sueño a tus ojos, ni a tus párpados adormecimiento; escápate como gacela de la mano del cazador, y como ave de la mano del que arma lazos.
Proverbios 11:15: Con ansiedad será afligido el que sale por fiador de un extraño;
Mas el que aborreciere las fianzas vivirá seguro.
Proverbios 20:16: Quítale su ropa al que salió por fiador del extraño,
Y toma prenda del que sale fiador por los extraños.
Proverbios 27:13: Quítale su ropa al que salió fiador por el extraño;
Y al que fía a la extraña, tómale prenda.
Muchas personas, a veces por sus descuidos, otras veces quizás no precisamente por eso, pero se ven movidas a solicitar préstamos a alguna institución financiera; estas empresas siempre se sobreprotegen, y antes de conceder un préstamo, siempre buscan la manera de garantizar la recuperación del mismo y sus respectivos intereses (que normalmente son sumamente altos).
Una de las garantías que requieren, es la firma solidaria de un fiador, el cual debe comprometerse a cancelar la deuda en caso que el deudor no pueda hacerlo; así que no faltan hermanos en la fe, amigos, familiares o conocidos que, de pronto se nos acerquen y busquen que les apoyemos en esas gestiones; ¿Qué hacer?, ¿Qué dice la Palabra Del Señor?, es lo que con su ayuda trataremos de explicar en este breve comentario:
La Biblia aconseja que los cristianos no debemos servir de fiadores en tales casos; normalmente las personas que recurren a préstamos de esa manera, son personas que tienen graves problemas financieros, y los prástamos a los que acceden no son una solución, sino una manera de apalear nada más su problema por un tiempo; naturalmente ellos nos presentaran la situación de manera distinta, y nos dirán que la cuota mensual que deben pagar por ese préstamo es mínima y que la podrán cubrir con facilidad; lo más probable es que paguen unas cuantas cuotas, pero al pasar los días no podrán cubrirlas más, y para cuando nos demos cuenta estaremos comprometidos a pagar no solo la deuda, sino también los groseros intereses que han devengado.
El problema, es que quizás nosotros hemos estado tratando de cuidar la economía de nuestra familia, y de repente nos vemos en una situación donde peligran de ser embargados nuestros bienes, o nuestros salarios.
Quizás usted estará pensando: ¿Pero cómo queda lo que la Biblia dice acerca del amor a nuestro prójimo, y de hacer bien a nuestros semejantes? Veamos detalladamente lo que La Palabra de Dios dice: "No te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando este en tu poder hacerlo" Prov.3:27.
Primero, La Palabra dice que no nos detengamos a hacer el bien a quien es debido.
La clave aquí es: ¿A quién es debido hacer el bien?, a aquellas personas de las cuales la necesidad es real, no producto de su holgazanería, o de su vida desordenada. Cuando el apóstol Pablo hablaba de la ayuda a las viudas pobres, le recomendaba a Timoteo que ayudara a las viudas que en verdad lo son (1 Tim 5:3), y nuestro Señor nos aconseja ser mansos como palomas, pero prudentes como serpientes. Mateo 10:16.
Debemos entender que muchas personas, por el hecho de ser cristianos querrán aprovecharse de nosotros y embaucarnos en compromisos que pueden arruinarnos financieramente.
La Biblia dice también: "Cuando este en tu poder hacerlo". La Palabra no nos obliga a hacer algo que está fuera de nuestro alcance, y si nosotros no estamos preparados a hacer frente al compromiso financiero que nos proponen, Dios no se va a enojar con nosotros si nos negamos.
Puede darse que de repente alguien diga: Yo quiero y puedo ayudar a tal persona, bien, en ese caso, solo debe considerar lo siguiente: Primero, si la persona no puede pagar, preguntarse si usted tiene realmente la capacidad de asumir la deuda del otro; debe considerar que la situación económica suya puede variar en el tiempo, y que si hoy usted tiene alguna solvencia, eso no es una garantía que se mantendrá así en el tiempo.
Otro aspecto a considerar, es que si usted tiene que asumir el pago de la deuda: ¿Podrá usted perdonar y seguir viendo con agrado a la persona que le embauco en tal situación?; si usted no cree el poder perdonar, y si su vida espiritual será dañada, entonces simplemente diga: "No puedo", y no se complique.
Ahora, si usted tiene capacidad de apoyar la necesidad de la persona, o de organizar alguna ayuda para ella, entonces ¡hágalo!, pues en ese caso, usted esta comprometido delante de Dios.
Son muchas las personas que, más de alguna vez han sido dañadas por personas sin principios que se han aprovechado de su sencillez, quizás con sus palabras han aludido a nuestra fe, para presionarles a asumir compromisos, no falta gente que para presionar algunas veces les dirá: "El Señor me dijo que usted me serviría de fiador, Dios me envió a usted para que me ayude", pero no debemos ser ingenuos, pues Dios no puede contradecirse con lo que ya dijo en Su Palabra.
Así que hermanos... ¡Cuidémonos y protejamos lo que Dios nos ha dado no participando de deudas ajenas!
Dios les bendiga.Pasajes bíblicos fundamentales:
Proverbios 6:1-5: Hijo mío, si salieres fiador por tu amigo, si has empeñado tu palabra a un extraño, te has enlazado con las palabras de tu boca, y has quedado preso en los dichos de tus labios. Haz esto ahora, hijo mío, y líbrate, ya que has caído en la mano de tu prójimo; ve, humíllate, y asegúrate de tu amigo. No des sueño a tus ojos, ni a tus párpados adormecimiento; escápate como gacela de la mano del cazador, y como ave de la mano del que arma lazos.
Proverbios 11:15: Con ansiedad será afligido el que sale por fiador de un extraño;
Mas el que aborreciere las fianzas vivirá seguro.
Proverbios 20:16: Quítale su ropa al que salió por fiador del extraño,
Y toma prenda del que sale fiador por los extraños.
Proverbios 27:13: Quítale su ropa al que salió fiador por el extraño;
Y al que fía a la extraña, tómale prenda.
Muchas personas, a veces por sus descuidos, otras veces quizás no precisamente por eso, pero se ven movidas a solicitar préstamos a alguna institución financiera; estas empresas siempre se sobreprotegen, y antes de conceder un préstamo, siempre buscan la manera de garantizar la recuperación del mismo y sus respectivos intereses (que normalmente son sumamente altos).
Una de las garantías que requieren, es la firma solidaria de un fiador, el cual debe comprometerse a cancelar la deuda en caso que el deudor no pueda hacerlo; así que no faltan hermanos en la fe, amigos, familiares o conocidos que, de pronto se nos acerquen y busquen que les apoyemos en esas gestiones; ¿Qué hacer?, ¿Qué dice la Palabra Del Señor?, es lo que con su ayuda trataremos de explicar en este breve comentario:
1.- Quítale la ropa al que sale de fiador por un extraño.
La Biblia aconseja que los cristianos no debemos servir de fiadores en tales casos; normalmente las personas que recurren a préstamos de esa manera, son personas que tienen graves problemas financieros, y los prástamos a los que acceden no son una solución, sino una manera de apalear nada más su problema por un tiempo; naturalmente ellos nos presentaran la situación de manera distinta, y nos dirán que la cuota mensual que deben pagar por ese préstamo es mínima y que la podrán cubrir con facilidad; lo más probable es que paguen unas cuantas cuotas, pero al pasar los días no podrán cubrirlas más, y para cuando nos demos cuenta estaremos comprometidos a pagar no solo la deuda, sino también los groseros intereses que han devengado.
El problema, es que quizás nosotros hemos estado tratando de cuidar la economía de nuestra familia, y de repente nos vemos en una situación donde peligran de ser embargados nuestros bienes, o nuestros salarios.
2.- ¿Dónde queda el amor?
Quizás usted estará pensando: ¿Pero cómo queda lo que la Biblia dice acerca del amor a nuestro prójimo, y de hacer bien a nuestros semejantes? Veamos detalladamente lo que La Palabra de Dios dice: "No te niegues a hacer el bien a quien es debido, cuando este en tu poder hacerlo" Prov.3:27.
Primero, La Palabra dice que no nos detengamos a hacer el bien a quien es debido.
La clave aquí es: ¿A quién es debido hacer el bien?, a aquellas personas de las cuales la necesidad es real, no producto de su holgazanería, o de su vida desordenada. Cuando el apóstol Pablo hablaba de la ayuda a las viudas pobres, le recomendaba a Timoteo que ayudara a las viudas que en verdad lo son (1 Tim 5:3), y nuestro Señor nos aconseja ser mansos como palomas, pero prudentes como serpientes. Mateo 10:16.
Debemos entender que muchas personas, por el hecho de ser cristianos querrán aprovecharse de nosotros y embaucarnos en compromisos que pueden arruinarnos financieramente.
La Biblia dice también: "Cuando este en tu poder hacerlo". La Palabra no nos obliga a hacer algo que está fuera de nuestro alcance, y si nosotros no estamos preparados a hacer frente al compromiso financiero que nos proponen, Dios no se va a enojar con nosotros si nos negamos.
3.- ¿Y si la necesidad es real, y podemos hacer frente al compromiso?
Puede darse que de repente alguien diga: Yo quiero y puedo ayudar a tal persona, bien, en ese caso, solo debe considerar lo siguiente: Primero, si la persona no puede pagar, preguntarse si usted tiene realmente la capacidad de asumir la deuda del otro; debe considerar que la situación económica suya puede variar en el tiempo, y que si hoy usted tiene alguna solvencia, eso no es una garantía que se mantendrá así en el tiempo.
Otro aspecto a considerar, es que si usted tiene que asumir el pago de la deuda: ¿Podrá usted perdonar y seguir viendo con agrado a la persona que le embauco en tal situación?; si usted no cree el poder perdonar, y si su vida espiritual será dañada, entonces simplemente diga: "No puedo", y no se complique.
Ahora, si usted tiene capacidad de apoyar la necesidad de la persona, o de organizar alguna ayuda para ella, entonces ¡hágalo!, pues en ese caso, usted esta comprometido delante de Dios.
Conclusión:
Son muchas las personas que, más de alguna vez han sido dañadas por personas sin principios que se han aprovechado de su sencillez, quizás con sus palabras han aludido a nuestra fe, para presionarles a asumir compromisos, no falta gente que para presionar algunas veces les dirá: "El Señor me dijo que usted me serviría de fiador, Dios me envió a usted para que me ayude", pero no debemos ser ingenuos, pues Dios no puede contradecirse con lo que ya dijo en Su Palabra.
Así que hermanos... ¡Cuidémonos y protejamos lo que Dios nos ha dado no participando de deudas ajenas!
Guillermo A. Morataya.
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