Por Nelson Rivas.
Basada en 1 Reyes 19:3-8; 15-16.
Pensamiento: No veamos el peligro que nos acecha, sino el poder de Dios que está en nosotros.
¡ÁNIMO, NO TE DEPRIMAS!
Con amor en Cristo Jesús,
Nelson Rivas.
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Basada en 1 Reyes 19:3-8; 15-16.
Pensamiento: No veamos el peligro que nos acecha, sino el poder de Dios que está en nosotros.
En la vida siempre tendremos dificultades, momentos en los cuales llega la depresión, pero es allí donde debemos traer a la memoria que no estamos solos, sino que, el que nos llamó, Él mismo será el que nos sostendrá de manera que no fracasemos; aún cuando vengan a nuestra vida situaciones que parezcan que nos ahogan, Él será nuestro salvavidas que nos extenderá su mano para levantarnos; de manera que nuestra mirada debe estar siempre en Él, y no en el problema que nos acecha, porque más grande que el problema, es nuestro Dios a quien servimos.
Ese sentimiento de depresión llega a la vida del hombre, cuando el hombre comienza a pensar sólo en si mismo y en el problema el cual ha llegado a su vida; cree que nadie se preocupa por él, que nadie piensa en él, y que ha nadie le interesa; por lo tanto dice: lo mejor sería morirme, desaparecer de este mundo, ¿qué estoy haciendo aquí? piensa esa persona tal como le sucedía al profeta Elías. Dice la Biblia que Elías, viendo el peligro se levantó y se fue para salvar su vida (V. 3), le puso tanta atención al problema, que pensó era imposible salir del mismo, olvidando que el Dios que lo llamó para servirle, también lo guardaría de todo peligro que viniera a su vida. Nosotros también, no pongamos nuestra mirada en el problema que nos asedia, sino más bien en nuestro Señor que nos ha llamado para servirle en su obra, y en todas aquellas personas que nos aman y que también necesitan de nosotros.
Momentos difíciles siempre llegarán a nuestra vida, pero también el Señor estará en cada uno de esos momentos para ayudarnos, y darnos lo que necesitemos; de manera que debemos estar pendientes de la visitación de Dios a nuestras vidas, pues cuando pensamos que todo ha terminado, la verdad es que tenemos mucho por hacer en la vida; tareas que Dios ha determinado para que las desempeñemos. Cuando Elías había caminado mucho, dice la Biblia que aprovechando la sombra de un arbusto se quedó dormido (V. 5), y se quedó tan dormido, que cuando el ángel del Señor lo visitó y le llevó alimento él no se dio cuenta; el ángel tuvo que despertarlo y decirle: ¡levántate come!
De manera que cualquiera sea el problema que llegue a nuestra vida, no nos desanimemos, pues Dios siempre nos proveerá todo lo necesario para que sigamos adelante, el señor tiene propósitos definidos para nuestras vidas, y si nuestra carrera aún no ha terminado, estas palabras también son para nosotros: ¡largo camino te resta! (V. 7)
Nosotros ni nos imaginamos la responsabilidad que Dios nos ha encargado en esta tierra, y más que responsabilidad, un privilegio que no se lo ha dado a nadie más, sino a nosotros; cuando permitimos que la depresión llene nuestras vidas, perdemos la visión de los propósitos de Dios para nosotros. Elías queriendo morirse no se daba cuenta que personas de alto rango esperaban por él para que las eligiera por reyes; y que el sucesor de él esperaba para que lo instruyera (vrs. 15-16).
Nosotros también no sabemos cuántas personas esperan por nosotros, para que las instruyamos en el camino del Señor, o nuestra familia tiene sus ojos puestos en nosotros que somos cristianos, o si estamos sacando alguna carrera, si tenemos hijos ellos quieren ser como su padre; entonces qué ejemplo les podemos dar, sino sólo enseñarles a confiar en Dios y a tener una visión positiva, sabiendo que El Señor está con nosotros para ayudarnos a triunfar. No dejemos pues que la depresión tome control de nuestra vida.
Joven, y tú ¿cómo te sientes en la vida?, ¿Estás deprimido por algo que te pasa?, ¿algún problema económico?, ¿en tu trabajo?, ¿con tu familia o con tus amigos? No olvides que Dios puede ayudarte no importando cuál sea el tamaño de la dificultad que estés atravesando. ¡No estás sólo!, ¡Dios está contigo! y tienes toda una familia en Cristo Jesús que te apoya también.
Ese sentimiento de depresión llega a la vida del hombre, cuando el hombre comienza a pensar sólo en si mismo y en el problema el cual ha llegado a su vida; cree que nadie se preocupa por él, que nadie piensa en él, y que ha nadie le interesa; por lo tanto dice: lo mejor sería morirme, desaparecer de este mundo, ¿qué estoy haciendo aquí? piensa esa persona tal como le sucedía al profeta Elías. Dice la Biblia que Elías, viendo el peligro se levantó y se fue para salvar su vida (V. 3), le puso tanta atención al problema, que pensó era imposible salir del mismo, olvidando que el Dios que lo llamó para servirle, también lo guardaría de todo peligro que viniera a su vida. Nosotros también, no pongamos nuestra mirada en el problema que nos asedia, sino más bien en nuestro Señor que nos ha llamado para servirle en su obra, y en todas aquellas personas que nos aman y que también necesitan de nosotros.
Momentos difíciles siempre llegarán a nuestra vida, pero también el Señor estará en cada uno de esos momentos para ayudarnos, y darnos lo que necesitemos; de manera que debemos estar pendientes de la visitación de Dios a nuestras vidas, pues cuando pensamos que todo ha terminado, la verdad es que tenemos mucho por hacer en la vida; tareas que Dios ha determinado para que las desempeñemos. Cuando Elías había caminado mucho, dice la Biblia que aprovechando la sombra de un arbusto se quedó dormido (V. 5), y se quedó tan dormido, que cuando el ángel del Señor lo visitó y le llevó alimento él no se dio cuenta; el ángel tuvo que despertarlo y decirle: ¡levántate come!
De manera que cualquiera sea el problema que llegue a nuestra vida, no nos desanimemos, pues Dios siempre nos proveerá todo lo necesario para que sigamos adelante, el señor tiene propósitos definidos para nuestras vidas, y si nuestra carrera aún no ha terminado, estas palabras también son para nosotros: ¡largo camino te resta! (V. 7)
Nosotros ni nos imaginamos la responsabilidad que Dios nos ha encargado en esta tierra, y más que responsabilidad, un privilegio que no se lo ha dado a nadie más, sino a nosotros; cuando permitimos que la depresión llene nuestras vidas, perdemos la visión de los propósitos de Dios para nosotros. Elías queriendo morirse no se daba cuenta que personas de alto rango esperaban por él para que las eligiera por reyes; y que el sucesor de él esperaba para que lo instruyera (vrs. 15-16).
Nosotros también no sabemos cuántas personas esperan por nosotros, para que las instruyamos en el camino del Señor, o nuestra familia tiene sus ojos puestos en nosotros que somos cristianos, o si estamos sacando alguna carrera, si tenemos hijos ellos quieren ser como su padre; entonces qué ejemplo les podemos dar, sino sólo enseñarles a confiar en Dios y a tener una visión positiva, sabiendo que El Señor está con nosotros para ayudarnos a triunfar. No dejemos pues que la depresión tome control de nuestra vida.
Joven, y tú ¿cómo te sientes en la vida?, ¿Estás deprimido por algo que te pasa?, ¿algún problema económico?, ¿en tu trabajo?, ¿con tu familia o con tus amigos? No olvides que Dios puede ayudarte no importando cuál sea el tamaño de la dificultad que estés atravesando. ¡No estás sólo!, ¡Dios está contigo! y tienes toda una familia en Cristo Jesús que te apoya también.
¡ÁNIMO, NO TE DEPRIMAS!
Con amor en Cristo Jesús,
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