CÓMO GANARNOS LA CONFIANZA DE NUESTROS PADRES

1 Samuel 8:1-5:

1 Cuando Samuel entró en años, puso a sus hijos como gobernadores de Israel,
2 con sede en Berseba. El hijo mayor se llamaba Joel, y el segundo, Abías.
3 Pero ninguno de los dos siguió el ejemplo de su padre, sino que ambos se dejaron guiar por la avaricia, aceptando sobornos y pervirtiendo la justicia.
4 Por eso se reunieron los ancianos de Israel y fueron a Ramá para hablar con Samuel.
5 Le dijeron: Tú has envejecido ya, y tus hijos no siguen tu ejemplo. Mejor danos un rey que nos gobierne, como lo tienen todas las naciones.

PENSAMIENTO: LA CONFIANZA QUE PODAMOS GANAR DE NUESTROS PADRES NO TIENE PRECIO.

Cuando nuestros padres lleguen a una edad avanzada, seguramente que esperarán de nosotros lo mejor que podamos dar. Es decir, todo lo que ellos nos han enseñado: cómo debemos comportarnos en nuestros hogares, en el trabajo, con los amigos, con nuestros hijos, y en todo lugar donde nos movamos. Porque ellos saben que sus días estarán contados sobre la tierra, y que ya no estarán con nosotros para instruirnos con sus consejos, y seguramente no quisieran partir de esta tierra hasta estar seguros que nosotros seguiremos sus buenos ejemplos.

La Biblia nos dice que cuando Samuel envejeció, puso a sus dos hijos por jueces sobre Israel (v.1). Samuel vio la necesidad de poner en práctica lo que de alguna manera había enseñado a sus hijos, confiando en que sus hijos habían aprendido mucho lo que por años él les había enseñado. Los puso como gobernadores sobre Israel.

Así también nuestros padres, nos confían cosas que ellos esperan desempeñemos bien, y a veces son cosas de mucho peso, en ocasiones quizá muy sencillas, pero ellos lo hacen confiando en que no les defraudaremos.

Cuando los hijos de Samuel comenzaron a ejercer el privilegio que su padre les dio, seguramente lo hacían bien, el pueblo venía, traían sus ofrendas al Señor y se iban satisfechos; pero conforme el tiempo fue pasando, ellos comenzaron a apartarse de los consejos de su padre, y dejaron de lado el camino que él les había enseñado, y comenzaron a permitir el soborno de algunos del pueblo; también permitieron en ellos la avaricia (v.3), no aprovecharon la confianza que su padre les dio al confiarles tan grande privilegio.

La confianza que nuestros padres nos están dando, ¿la estamos aprovechando o la estamos usando mal?, ¡quizá nuestros padres ya nunca nos la vuelvan a dar!
Nuestros padres nos darán la confianza, siempre y cuando hagamos las cosas tal como ellos nos lo han mandado, de otra manera no sólo nuestros padres desconfiarán de nosotros, sino también nuestros vecinos, amigos, familiares y compañeros de trabajo lo harán también, porque la confianza se gana cuando somos fieles en aquello que nos han encomendado.

Los ancianos de Israel vinieron a Samuel para hacerle ver que sus hijos no habían sido fieles como jueces, como lo había sido él. A raíz de eso, ellos pidieron un rey que los gobernara, siendo esto desagradable a Dios, cuando esos jóvenes pudieron haber sido los que guiaran a este pueblo a la obediencia al Señor; perdieron la confianza de su padre.

Joven, ¡que no te pase a tí lo mismo!

EN CONCLUSIÓN:
¿Cómo estamos usando esa confianza que nuestros padres nos han dado?, o ¿será que ya nos la quitaron porque no la ejercimos bien? ¡Hoy podemos recuperarla!

Con amor en Cristo Jesús,
Nelson Sibrián.

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