LAS ANGUSTIAS DE JONÁS Y SU REMEDIO.

Por Marco Marín Parra.


Pasaje de Las Escrituras para este tema: Jonás 2:7-9 RV60:

7 Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová,
Y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo.
8 Los que siguen vanidades ilusorias,
Su misericordia abandonan.
9 Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios;
Pagaré lo que prometí.
La salvación es de Jehová.


Jonás no pudo negar que tenía sus angustias.

Estaba dentro del estómago del pez sufriendo, enredado buscando con sus fuerzas salir; pero no podía vencer su desobediencia. La causa de sus angustias: Él mismo tenía la culpa, y una cosa buena tenía Jonás, no le echaba la culpa a otro. El verso 1:10 dice que el se los había declarado: Temo a Jehová. Sabía que era castigo de Dios (V. 2:3), reconoció que el pecado trae el mal (V. 2:8).

El remedio de sus angustias:

Reconocía que Dios puede librar aun de lo que parece ser la muerte inevitable (v. 2:2): el Seol, lugar de los espíritus de los muertos (equivocadamente aquí traducido "infierno"). Parecía ya haberse apoderado de Jonás, pero... la oración cambia las cosas.

Cuando Jonás empezó a orar, el pez ya estaba en camino para vomitarlo en tierra seca y firme. Pues si Dios libra, el pez le obedece, como toda la naturaleza obedece a Dios cuando Él manda.

Las angustias y deficultades llevan a uno a acordarce de Dios.

Un anciano cristiano dijo: Yo siempre oro; pero parece que son más eficaces mis oraciones cuando estoy en apuros. Sabemos que es así, nos duele la angustia de aquellos que están pasándolo mal por diferentes causas; y clamamos con dolor de alma tratando que nuestra oración toque el corazón de Dios, para que Él pueda enviar Su misericordia por aquellos que gemimos por sanidad, por liberación, por sacarlos de su angustia.

Jonás aceptó una tarea desagradable (V.2:9).

Muchas veces un cristiano tiene que hacer eso, pero generalmente, al aceptarla de corazón pronto deja de ser desagradable. La dificultad con Jonás fue que aceptó de boca, pero no de corazón.

Jonás hizo promesas a Dios (V.2:9).

Hay personas hoy día, que se jactan nunca hacer promesas. Pero en su vida diaria las hacen todo el tiempo. ¿Cómo se casa uno sin hacer promesa?

Como no puedes pedir dinero prestado al banco sin promesa; así también, a Dios debemos hacer promesas y luego tratar por todos los medios de cumplirlas. Eres tu el que hiciste la promesa delante de Dios.

Jonás se rindió a Jehová.

Es hora que nos rindamos a Él diciéndole: Ayúdanos a que nuestras promesas las podamos cumplir. Prometamos obediencia y fidelidad; estas dos palabras son peldaños que nos elevan a Su Presencia, amén.

Las angustias se vencen con oración.

Clama y Dios te responderá, el Salmo 50:15 dice: Invócame en el día de la angustia. El Señor invita a todos los fieles creyentes a que constantemente lo invoquen en momentos de necesidad y de problemas.

Dios desea oír las oraciones de Sus Hijos, ayudarlos, y hacer que se exalte Su Nombre como un Dios que libra a Su Pueblo. Amén.

Un vez más, dándole toda Honra y Gloria a mi Eterno Salvador; y esperando que Su Palabra nos dé la fortaleza que necesitamos, para seguir orando por todas las necesidades que nos llegan a nuestras manos.

Puedes enviarme tu petición de oración para ayudarte a clamar. Amén.

Tu hermano Marco Marin Parra,
Bendiciones.
Suecia - Lysekil.

http://edificandote.blogspot.com/

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