Lectura bíblica:
1 Corintios 1:18 RV60
Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.
La cruz, es el punto donde se reúnen los rayos luminosos de la revelación cristiana, el impulso de la acción del cristino. El concepto de la cruz determina el concepto de Dios, de la historia, del hombre y de la revelación. Por medio de la cruz podemos comprender el corazón de Dios y la incapacidad del hombre.
Los estudiantes de la ciencia física que buscan una explicación física para todo, incluyendo su propia conciencia, libertad, fe, pecado y salvación, les falta un sentimiento de pecado, que es esencial para apreciar la obra salvadora de Cristo.
Ciertos filósofos, que han cerrado sus mentes contra el mensaje cristiano, procuran hacer a Dios y al hombre uno. Tales mentes, no ven la necesidad de un mediador entre el hombre y Dios. Para apreciar la cruz de Cristo, es necesario que el hombre vea ambas cosas: Su acercamiento a Dios y su alejamiento de Él.
Hay otros que miran a todos con una mente histórica. Creen que todo está en proceso de hacerse; que la maldad (según ellos) se está desvaneciendo, y lo bueno está aumentando. El hombre con un sentimiento de pecado, de culpa, el hombre que sabe que no está bien con Dios, y que tiene que dar cuenta a Dios, es el hombre que puede comprender el mensaje de la cruz.
El motivo de la redención se encuentra en la naturaleza divina, y en la necesidad humana. "Dios no ama porque Cristo murió", pero "Cristo murió porque Dios ama". La vida y la muerte del Señor Jesucristo, se deben al insondable y desinteresado amor de Dios.
Nada mejor que la cruz podía expresar su amor inconmensurable. Cristo reveló el amor del Padre en la vida que Él vivió, en las obras portentosas que Él hizo, pero especialmente, en la muerte que Él murió. La cruz simboliza el poder del amor, la fortaleza de la verdad, y la victoria inevitable de justicia en nuestro mundo.
La imposibilitada humanidad, forcejeando para salir de la arena movediza del odio internacional, dirige un reto a aquellos que han hallado fe, esperanza y certidumbre. La fe y la visión que la cruz nos da constituyen la única esperanza para el resto de la humanidad.
La cruz ha resistido todas las burlas del moderno antagonismo, del agnosticismo y del odio. Los hombres no han podido añadir ni quitar nada a la cruz de Cristo. Ella sobrevivirá a todas las ideologías que hoy día tratan de destruir el cristianismo o reemplazando con alguna otra cosa. Sólo en la cruz de Cristo hay seguridad estable, inconmovible, inalterable, y durable.
La salvación del mundo depende de la muerte expiatoria del Señor Jesucristo en la cruz del calvario. La cruz es como la piedra clave en el arco de la omnipotencia de Cristo. Él dice: <Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mi mismo> Juan 12:32.
El Apóstol Pablo dice: <Pero lejos esté de mi gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mi, y yo al mundo> Gálatas 6:14. La cruz es la voluntad del Padre, la gloria del Unigénito, el regocijo del Espíritu Santo.
La tragedia primordial del mundo es el pecado, y la necesidad fundamental del hombre es la necesidad de un salvador y redentor del pecado. Cristo crucificado y resucitado, es el poder de Dios para salvación a todo aquel que en Él cree. El Señor Jesús fue entregado por nuestros delitos, y resucitado para justificación. Amén.
Meditemos en La Palabra de Dios y recibiremos revelación de lo alto. Tu amado hermano Marco desde su corazón para todo el que necesita recibir de Dios. Amén.
1 Corintios 1:18 RV60
Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.
La cruz, es el punto donde se reúnen los rayos luminosos de la revelación cristiana, el impulso de la acción del cristino. El concepto de la cruz determina el concepto de Dios, de la historia, del hombre y de la revelación. Por medio de la cruz podemos comprender el corazón de Dios y la incapacidad del hombre.
Los estudiantes de la ciencia física que buscan una explicación física para todo, incluyendo su propia conciencia, libertad, fe, pecado y salvación, les falta un sentimiento de pecado, que es esencial para apreciar la obra salvadora de Cristo.
Ciertos filósofos, que han cerrado sus mentes contra el mensaje cristiano, procuran hacer a Dios y al hombre uno. Tales mentes, no ven la necesidad de un mediador entre el hombre y Dios. Para apreciar la cruz de Cristo, es necesario que el hombre vea ambas cosas: Su acercamiento a Dios y su alejamiento de Él.
Hay otros que miran a todos con una mente histórica. Creen que todo está en proceso de hacerse; que la maldad (según ellos) se está desvaneciendo, y lo bueno está aumentando. El hombre con un sentimiento de pecado, de culpa, el hombre que sabe que no está bien con Dios, y que tiene que dar cuenta a Dios, es el hombre que puede comprender el mensaje de la cruz.
El motivo de la redención se encuentra en la naturaleza divina, y en la necesidad humana. "Dios no ama porque Cristo murió", pero "Cristo murió porque Dios ama". La vida y la muerte del Señor Jesucristo, se deben al insondable y desinteresado amor de Dios.
Nada mejor que la cruz podía expresar su amor inconmensurable. Cristo reveló el amor del Padre en la vida que Él vivió, en las obras portentosas que Él hizo, pero especialmente, en la muerte que Él murió. La cruz simboliza el poder del amor, la fortaleza de la verdad, y la victoria inevitable de justicia en nuestro mundo.
La imposibilitada humanidad, forcejeando para salir de la arena movediza del odio internacional, dirige un reto a aquellos que han hallado fe, esperanza y certidumbre. La fe y la visión que la cruz nos da constituyen la única esperanza para el resto de la humanidad.
La cruz ha resistido todas las burlas del moderno antagonismo, del agnosticismo y del odio. Los hombres no han podido añadir ni quitar nada a la cruz de Cristo. Ella sobrevivirá a todas las ideologías que hoy día tratan de destruir el cristianismo o reemplazando con alguna otra cosa. Sólo en la cruz de Cristo hay seguridad estable, inconmovible, inalterable, y durable.
La salvación del mundo depende de la muerte expiatoria del Señor Jesucristo en la cruz del calvario. La cruz es como la piedra clave en el arco de la omnipotencia de Cristo. Él dice: <Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mi mismo> Juan 12:32.
El Apóstol Pablo dice: <Pero lejos esté de mi gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mi, y yo al mundo> Gálatas 6:14. La cruz es la voluntad del Padre, la gloria del Unigénito, el regocijo del Espíritu Santo.
La tragedia primordial del mundo es el pecado, y la necesidad fundamental del hombre es la necesidad de un salvador y redentor del pecado. Cristo crucificado y resucitado, es el poder de Dios para salvación a todo aquel que en Él cree. El Señor Jesús fue entregado por nuestros delitos, y resucitado para justificación. Amén.
Meditemos en La Palabra de Dios y recibiremos revelación de lo alto. Tu amado hermano Marco desde su corazón para todo el que necesita recibir de Dios. Amén.
Tu amado hermano Marco Marin Parra.
Bendiciones.
Suecia - Lysekil.
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