Por Marco Marín Parra.
Tu hermano Marco Marin Parra.
Bendiciones.
Suecia - Lysekil.
http://edificandote.blogspot.com
Leamos en Mateo 8:23-27 RV60
23 Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron.
24 Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía.
25 Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: !!Señor, sálvanos, que perecemos!
26 El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.
27 Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?
¿Por qué temeís, hombres de poca fe?
Hoy nos hacemos la misma pregunta que Jesús le hizo a sus discipulos. Jesús realizó un viaje acompañado de sus discípulos, desde Capernaúm al otro lado del lago, el país que hoy se llama Transjordania.
Recién mostró su poder curando (sanando) a la suegra de Pedro y muchos otros enfermos. Su breve viaje marítimo le proporcionó la ocasión para mostrar que dominaba también los elementos.
La gran Tempestad: Inesperada (V.24). Dios permite tempestades en nuestra vida. La pregunta es ¿para qué?
Los hijos de Dios, los cristianos buscamos una respuesta bíblica, y nos vamos a la Sagrada Escritura. Salmo 107: 23-30 = Demuestra Su poder. En el versículo 27 = Desarrollar la fe de los suyos. Jonás 1:4-6 = Despertar a los pecadores.
Una gran paz (V.24) : < Él dormía >
No sólo descansaba Su cuerpo en el sueño (Marcos 4:38: ; < Y Él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?) Jesús no solo dormía, sino que descansaba en los brazos de Su Padre. Deuteronomio 33:27. < El eterno Dios es tu refugio, Y acá abajo los brazos eternos ; >
La Palabra de Dios nos enseña, que en las tormentas o tempestades de la vida, podemos buscar su refugio en Sus Eternos Brazos, tomando Sus promesa de paz con nosotros, amén.
El Señor nos sacará de la tempestad que estamos; hoy con sus brazos nos guiará a encontrar una salida, Dios no pondrá más carga de la que podamos soportar.
Todos podemos gozar de esta paz, si estamos en Él (Juan 14:27). < La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. Amén.>
23 Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron.
24 Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía.
25 Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: !!Señor, sálvanos, que perecemos!
26 El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.
27 Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?
¿Por qué temeís, hombres de poca fe?
Hoy nos hacemos la misma pregunta que Jesús le hizo a sus discipulos. Jesús realizó un viaje acompañado de sus discípulos, desde Capernaúm al otro lado del lago, el país que hoy se llama Transjordania.
Recién mostró su poder curando (sanando) a la suegra de Pedro y muchos otros enfermos. Su breve viaje marítimo le proporcionó la ocasión para mostrar que dominaba también los elementos.
La gran Tempestad: Inesperada (V.24). Dios permite tempestades en nuestra vida. La pregunta es ¿para qué?
Los hijos de Dios, los cristianos buscamos una respuesta bíblica, y nos vamos a la Sagrada Escritura. Salmo 107: 23-30 = Demuestra Su poder. En el versículo 27 = Desarrollar la fe de los suyos. Jonás 1:4-6 = Despertar a los pecadores.
Una gran paz (V.24) : < Él dormía >
No sólo descansaba Su cuerpo en el sueño (Marcos 4:38: ; < Y Él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?) Jesús no solo dormía, sino que descansaba en los brazos de Su Padre. Deuteronomio 33:27. < El eterno Dios es tu refugio, Y acá abajo los brazos eternos ; >
La Palabra de Dios nos enseña, que en las tormentas o tempestades de la vida, podemos buscar su refugio en Sus Eternos Brazos, tomando Sus promesa de paz con nosotros, amén.
El Señor nos sacará de la tempestad que estamos; hoy con sus brazos nos guiará a encontrar una salida, Dios no pondrá más carga de la que podamos soportar.
Todos podemos gozar de esta paz, si estamos en Él (Juan 14:27). < La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. Amén.>
Tu hermano Marco Marin Parra.
Bendiciones.
Suecia - Lysekil.
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