La intercesión es un elemento importante en la vida de los creyentes. Jesús intercedió por Jerusalén y también por tí y por mi (Juan 18). Muchas veces nuestras oraciones son egocéntricas, sólo oramos por nuestras necesidades, problemas y nuestra protección.
La intercesión nos lleva a levantar a nuestra familia, vecinos, ciudad y país delante del trono de Aquel que sí puede resolver las cosas.
Uno de los ministerios más significativos (a mi juicio) en la vida de Moisés fué la "intercesión". Él constantemente se presentaba delante de Dios para suplicar por su pueblo.
Te animo a que leas Éxodo 17:8-16 y reflexiones esta semana como podemos cambiar las cosas en nuestro país. Si después de leerlo y meditarlo quieres que formemos una red de intercesión, escribe una nota y te enviare las intrusiones.
Shalom,
Ernesto Pinto.
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Levanto mis manos.
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